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CRITICA
Por: PACO CASADO
Son ya muchas las películas que se han hecho a lo largo de la historia del cine sobre la Segunda Guerra Mundial y gran parte de ellas tratan sobre la intervención de los alemanes con el exterminio del pueblo judío y los campos de concentración.
Pero también hay otras historias en las que teniendo los mismos protagonistas, judíos y alemanes, hay otros personajes de las naciones ocupadas que trataron de defenderlos ocultándolos del régimen nazi y de esa forma salvándoles la vida.
De eso va esta historia real que comienza en 1939 cuando Alemania conquista Varsovia, en la que se cuenta la vida de
Irene una joven enfermera polaca, una mujer católica con una fuerte voluntad de ayudar a los demás, que se prometió a sí misma que siempre que pudiera salvar una vida no tendría ningún reparo en hacerlo y por ello se jugó con frecuencia su vida.
Cuando una bomba destruye el hospital donde trabajaba, a Irene la destinan a una fábrica de municiones y como la labor es muy dura para ella, el oficial alemán Rugmer la manda a servir a una residencia de oficiales, donde conoce al mayordomo, el señor Schultz, que le acoge con cariño por lo servicial y buena persona que era y a la que siempre le decía que no le contara nada de las barbaridades que cometían los alemanes con los judíos o lo que ella hiciera para protegerlos de una manera altruista.
Pronto la pone al mando del taller de costura de once judíos, entre ellos varios matrimonios, que hay en los bajos de la residencia en un taller de costura para los uniformes de los soldados y otras prendas.
Un día el mando alemán toma una gran mansión y le ordena al señor Schultz que la reforme, para lo que le dan dos semanas, y éste se lo encarga a Irene, que hace un buen trabajo y el oficial Rugmer, que se va a vivir allí, se queda con ella como su ama de llaves.
Su preocupación es qué hacer con los judíos que quedaron en el taller de costura y en cuanto encuentra el momento los mete en el sótano de la mansión de Rugmer, sin que éste lo sepa.
Esto no es más que el comienzo de este emocionante e increíble drama cuyo guion escrito por Dan Gordon es la adaptación de su propia obra teatral en la que en ningún momento se puede sospechar que esa sea su procedencia ya que al ser trasladada a la pantalla se airean bastante las situaciones, aunque muchas de ellas sucedan en las habitaciones de la residencia de Rugmer o en el sótano de la misma.
La encargada de poner esta coproducción en imágenes es la joven cineasta, nacida en Quebeq (Canadá), Louise Archambault, que hace un buen trabajo en este sentido, logrando algunos momentos de suspense que elevan la emoción y el interés del espectador, aunque otros puedan resultar un tanto increíbles, a pesar de ser una historia real.
De esta directora recordarán sus films 'Familia' (2005), 'Gabrielle' (2013) o más reciente 'Y llovieron pájaros' (2019).
En cuanto a la interpretación destacan Sophie Nélisse como Irene, Dougray Scott como el oficial Rugmer y Andrzej Sewryn encarnando a Schultz.
En los créditos finales se pueden ver fotografías de estos personajes reales y el destino que tuvieron cada uno de ellos, dando así más garantía de la autenticidad de estos hechos.
Irene Gut Opdyke recibió la medalla de Justos de las Naciones por mostrar un notable coraje en su intento de salvar a los judíos polacos durante la Segunda Guerra Mundial.
Premio del público en el Festival de Vancouver. Premio Liuna Popular en el Festiva de Windsor.
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