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CRITICA
Por: PACO CASADO
Aunque el título es atractivo, como si se tratara de una producción del Oeste o policiaca, sin embargo no es más que un simple documental sobre una figura histórica en la España del pasado siglo y no es otro de la de José María de Llanos, un sacerdote jesuita que dedicó toda su vida a hacer el bien por los demás, sobre todo por los más desfavorecidos, los más pobres, sin pedirles nada a cambio, sino todo lo contrario procurando darles todo aquello que les faltaba, casa, alimentos, agua, luz.
No se trata de un biopic, como se dice ahora, sino de una serie de imágenes en blanco y negro, unas veces extraídas de fotografías, otras del No-Do, de los periódico o de las distintas asociaciones de la época, como Comisiones obreras, el Partido Comunista, Falange, etc.
El documental se podría dividir en dos partes, una primera en la que se nos muestra la miseria de la España posterior a la Guerra Civil, con los barrios de chabolas construidas con materiales de desecho, de madera, barro, cartones, sin luz, sin alcantarillado, sin agua corriente, ni siquiera para beber, agua que se vendía por las calles.
Y una segunda que se centra fundamentalmente en el conocido barrio de El Pozo del Tío Raimundo, en el que no ha mejorado mucho la forma de vida, pero en la que el régimen trata de desterrar el chabolismo y comienza a construir edificios de pisos en donde ya se puede vivir, más o menos decentemente, con luz y agua corriente.
Tanto en una parte como en otra siempre se cuenta con la presencia del Padre Llanos haciendo su apostolado y sin miedo a que en algún momento pudiera ser detenido por la policía por colaborar con el Partido comunista o Comisiones obreras.
Se cuenta a lo largo del mismo con declaraciones de los nombres conocidos de personas que figuran en la ficha técnica, pero también con las opiniones de los vecinos del barrio que conocían las actuaciones del Padre Llanos, que en los últimos momentos tuvo que luchar incluso con la llegada de la droga que se llevó por delante a muchos jóvenes drogadictos por una simple sobredosis.
Una de las cosas que llama la atención en este documental es la estupenda documentación de que hace alarde adornando en todo momento la situación de la que se está tratando alternando con las declaraciones de los intervinientes con sus opiniones, en las que se habla del régimen, de la Falange, de los obreros, de la pobreza, del nacional catolicismo, incluso de los Ejercicios espirituales que le dio a Franco y a su esposa el Padre Llanos, que no tuvo ningún miedo a dejarlo plantado en otra ocasión en la inauguración de unas nuevas viviendas, o que igual tuvo que emigrar a Bélgica durante la República cuando la Compañía de Jesús fue expulsada de España o cuando fue destinado a Portugal.
Un hombre que renunció a sus propios derechos humanos que defendía para los demás, mientras que en Madrid había pisos vacíos, las chabolas estaban llenas, pasando frío en invierno y calor en verano, en las que destaca la solidaridad que existía entre los vecinos y la importante labor que hacían las mujeres al cuidado de los niños y reivindicando valientemente los derechos, cuando había ocasión para ello.
Llanos se preocupó por proporcionales cultura a los vecinos que tras llegar del trabajo dedicaban tres horas a la escuela para aprender a leer y escribir o a adquirir un poco de cultura.
El documental está adornado con algunos poemas y fragmentos de los escritos del Padre Llanos publicados en los periódicos del momento.
Su entierro fue multitudinario y en la iglesia se cantó la Internacional y se rezó un misterio del Santo Rosario, lo que daba idea de lo que era esta figura.
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