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CRITICA
Por: PACO CASADO
Se basa en la famosa novela de Nevil Shute que trata sobre las consecuencias que podríamos tener en caso de que se produjera una guerra nuclear.
La radiactividad se extiende por toda la tierra y al último rincón de la misma que está por llegar, que es a Australia, aunque poco a poco van apareciendo también os efectos no deseados.
La novela cayó en manos del productor y guionista Stanley Kramer que poco antes había debutado en la dirección con 'No serás un extraño' (1955) y de la que John Paxton se encargó de confeccionar el guion.
En 1964 la guerra atómica acaba con la humanidad en el hemisferio norte y un submarino busca refugio en Australia.
Después de esa guerra nuclear que ocupa el planeta a nivel global, los residentes en Australia, que será el último lugar a donde llegará la radiación, deben aceptar que su futuro está próximo y el hecho de que toda la vida será destruida en cuestión de tan sólo unos meses.
El capitán Towers acaba de perder a su esposa y a sus hijos.
Tras el holocausto nuclear Tower se encuentra la bella Moira Davidson que comienza a caerle bien encontrando en ella cierto consuelo a su pérdida.
A Stanley Kramer, siempre tendente a lo espectacular y persiguiendo lo comercial, se le va un poco de las manos esta película sobre el holocausto de una explosión nuclear tal vez por exceso de metraje y pretender personalizar en sus protagonistas lo que es una catástrofe mundial de esta envergadura y también para el lucimiento de su estupendo reparto.
En él está una estrella como Ava Gardner que no tuvo mucha suerte con la elección de los directores.
El mejor trabajo es el de un joven Anthony Perkins.
El film está más cerca de lo psicológico que de la ciencia ficción.
Nominada a los Oscar la música y el montaje. Bafta a Stanley Kramer. Globo de oro a la música de Ernest Gold. Premio NBR. Premio Blue Ribon al mejor film extranjero.
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