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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine norteamericano, desde siempre, ha fichado a los mejores actores y directores de las cinematografías de otros países y los ha adoptados como si fueran suyos y así ha ocurrido, una vez más, con el griego Yorgos Lanthinos, y aquí lo tenemos en esta coproducción con Irlanda y Reino Unido, 'Kinds of kindness' (2024) que llamó la atención con algunas de sus producciones anteriores como 'Canino' (2009), 'Langosta' (2015) o 'La favorita' (2018), entre otras, encandilando a un determinado sector de la crítica que ha sobrevalorado a este cineasta considerando su cine original, cuando en realidad cada vez va a peor, y en muchas ocasiones no es más que una tomadura de pelo, como ocurre en esta que comentamos.
Aquí se trata de un tríptico compuesto por tres historias, a cual más absurda.
En la primera Robert trata de tomar el control de su vida que se ve sometido por Raymond al que obedece ciegamente a realizar cuantas cosas absurdas le manda hacer y del que está enamorado, hasta que un día se niega a repetir una de ellas y termina pidiéndole perdón para que le deje regresar con él.
La segunda es la de Daniel un policía cuya esposa, Liz, ha desaparecido y regresa después de un tiempo como una persona diferente, a la que para comprobar su identidad le pide algo tan absurdo como que se corte un dedo y se lo cocine con coliflores.
Y finalmente la tercera es la de una mujer que busca a una persona con una habilidad especial, que sea capaz de resucitar a los muertos, ya que está destinada a ser una líder espiritual.
Para ello utiliza prácticamente los mismos actores en las tres historias a los que les da diferentes personajes y cometidos en cada una de ellas, que van montadas sin solución de continuidad, con la simple separación de unos créditos al final de cada una.
El imaginativo guion es posiblemente producto de una mente que no está muy centrada en la realidad de la condición humana.
Los tres delirantes relatos unidos, constituyen un largometraje de dos horas cuarenta y cinco minutos que en algunos momentos, dado lo absurdo de las historias, hasta provoca la risa del espectador, a pesar de la seriedad, la corrección y la elegancia con la que están realizadas, en las que se nos ofrece un absurdo aspecto de la sociedad actual, que posiblemente no guste a todos los espectadores.
Realmente es un tipo de cine que únicamente agrada a sus fans y seguidores a los que parece, como en la primera historia, tener sometidos de forma sumisa sin posibilidad de abandono.
Es una lástima que se desaproveche un buen elenco de actores como el que constituye su reparto en interpretar argumentos tan absurdos y desconcertantes, fácilmente olvidable tras salir de la sala.
El film ha resultado un total fracaso a nivel internacional lo que tal vez de esa manera deje de hacer un cine tan absurdo y lo próximo que realice sea algo más sensato y aprovechable, porque hacer cine sabe, la cuestión es que algún día quiera.
Premio al mejor actor Jesse Plemons en el Festival de Cannes.
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