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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es nada nuevo que un actor famoso, tras haber tomado la necesaria experiencia y veteranía ante la cámara se siente tentado de pasar detrás de la misma y dirigir su primera película.
Esto ha ocurrido con mucha frecuencia en los últimos tiempos y un actor de la fama y categoría de Sidney Poitier no podía ser menos.
De esta manera su paso a director lo ha ensayado con esta su primera película, tal vez animados por otro colega suyo de color, Harry Belafonte, quien ha sido el productor de la cinta y también, al igual que él interprete principal con quien reparte la carga interpretativa en los primeros papeles del largometraje.
Poitier se enmarca en la línea de cine realizada por actores negros que tan de moda se está poniendo en el país yanqui, teniendo a su favor la originalidad de ambientar su cinta en el Oeste, en lugar de hacerlo en los barrios de bajos fondos de Harlem.
Pero también creemos que ahí se queda todo el interés del film ya que la historia que nos relata, en defensa de su raza y de los perseguidos por el hombre blanco tras la Guerra de Secesión americana, la encontramos un tanto inconexa en su relato, falto de unidad y de interés dramático.
Los personajes están poco estudiados y menos justificados en sus actitudes, mostrándonoslos un poco porque sí.
Por otra parte se les nota inexperiencia y soltura en la forma de contar, aunque no haya caído, como era fácil, en los tópicos de hacer un cine preciosista, sino quedándose en un nivel medio de corrección.
Color desigual y música tópica.
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