|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Hasta 1960 Jerry Lewis era dirigido por dos o tres directores que se repartían sus películas, tales como George Sherman, Norman Taurog y Frank Tashlin.
Con quien mejor simpatizó y más buenos resultados dio su unión fue con el último. Pero a pesar de eso Jerry Lewis necesitaba mucha más independencia de la que tenía.
Otra solución no había, más que él mismo dirigiera sus propias películas, que se escribiera los argumentos y guiones y que fuera, al mismo tiempo, la estrella única y básica sobre la cual girara todo el complicado mundo que crea su personaje, único, inconfundible y con personalidad propia que le hace quedar a muchas millas de distancia de todos los cómicos existentes en la actualidad.
Y esta ocasión llegó con el film "El botones". Era preciso hacer algo diferente, como se dice en el comienzo del film y Jerry era el único capaz de lograrlo en el terreno del largometraje cómico.
Se propuso hacer una serie de gags o chistes cinematográficos unidos entre sí con el simple nexo de un uniforme de botones y las distintas situaciones que ocurren generalmente a un chico de esta clase bajo el solo decorado de un hotel de lujo en Miami Beach.
Durante setenta y dos minutos que dura la cinta Jerry Lewis nos tiene entretenidos con una gran cantidad de carcajadas y con su fabulosa bis cómica que le brota con espontaneidad, gracia y facilidad.
La cinta no tiene argumento, son chistes visuales, pero de entre el gran montón hay algunos de verdadera antología, como puedan ser el de la mesa de los teléfonos o la dirección de la orquesta, situación esta que ha repetido en otras de sus películas pero siempre diferentes y no por eso repetidas, sino muy al contrario, totalmente nueva.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE