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CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos ante 'Los destellos' (2024) dirigida por Pilar Palomero que ha sido una de las producciones triunfadores en el recién terminado Festival de cine de San Sebastián.
La vida de Isabel, una mujer madura, cambia cuando un día en que acude a verla su hija Madalen, que estudia ingeniería agronómica en Valencia, pero habitualmente se queda con su padre cada fin de semana, le pide que visite a Ramón, su ex marido, del que está separada desde hace más de quince años, ya que está muy enfermo.
Isabel piensa restaurar una casa que tiene en el campo con idea de alquilarla.
Le hace caso a su hija, a pesar de que actualmente vive con otro hombre, Nacho, que es profesor de música en el instituto del pueblo, y comienza a visitarlo con una cierta frecuencia, pero como si ve a un desconocido.
No obstante, como dice el refrán, del roce nace el cariño, y vuelve a comenzar a sentir aquellos sentimientos que tenía cuando estaban juntos y a considerar cual fue el motivo de la separación.
El reencuentro remueve viejas heridas, pero el cuidar de él y estar a su lado, le ayuda a superar el fracaso de su matrimonio.
La directora zaragozana Pilar Palomero, ha realizado tres films en los último cinco años, con los que ha logrado varios Goyas entre otros premios en los certámenes a los que ha acudido con ellos.
El primero fue 'Las niñas' (2020) que llamó poderosamente la atención de la crítica, sobre el tema de la infancia, a la que siguió 'La maternal' (2022), que en este caso se encargaba de la juventud, y ahora nos llega 'Los destellos' (2024) en la que sigue la misma línea de las citadas, tratando esta vez de la edad adulta.
El guion está basado en el libro de relatos de la escritora Elder Rodríguez Un corazón demasiado grande, publicado en 2019.
Está contada la historia con una cierta parsimonia, como corresponde al tema, para llegar al destino deseado, a base de sensibilidad en cuanto a las relaciones tanto con su hija como con su ex marido, formando un triángulo afectivo.
Por otra parte indaga sobre el paso del tiempo y las huellas que nos deja el hecho de perder a un ser querido y las emociones y sentimientos que ello nos provoca.
Al triángulo antes mencionado hay que añadir a Nacho, el hombre que forma su actual pareja completando el cuadro.
En la interpretación destaca el nombre de Pilar López Arnaiz que es quien lleva el protagonismo, pero también el buen trabajo que hace el andaluz Antonio de la Torre en el papel de Ramón, uno de los mejores que le hemos visto últimamente, mientras que Julián López encarna un personaje muy distante de los suyos cómicos habituales y Marina Guerola, que hace su debut, como Madelen, tienen papeles secundarios con breves intervenciones.
La realización, que va avanzando en calidad, regala a los personajes algunos primeros planos de bella estética en los encuadres, pero también hay que decir que nos parece un poco alargado el metraje para lo que se quiere contar y algunas escenas se podían haber abreviado sin que afectara al conjunto de la obra, como igualmente hay momentos en los que no está claro en qué lugar se sitúa la acción.
Estupenda la fotografía de Daniela Cajias con un buen uso de la luz y los paisajes.
Esta cinta nos hace reflexionar sobre el paso del tiempo, la vida, la enfermedad y la muerte.
Concha de plata para Patricia López Arnaiz y premio SIGNIS en el Festival de cine de San Sebastián.
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