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CRITICA
Por: PACO CASADO
La Segunda Guerra mundial es el telón de fondo para esta historia bélica con pinceladas románticas, elegida por Sebastian Faulks para su novela, en la que le interesa más el aspecto psicológico de los personajes, que el propio conflicto bélico, y que lleva al cine la directora australiana Gillian Armstrong.
Charlotte Gray es el nombre de una joven mujer escocesa que un día se enamora de Peter, un piloto británico de la Royal Air Force, que es abatido en una misión de espionaje en la Francia ocupada por los nazis.
Su dominio del francés le facilita ser reclutada por el Gobierno británico para servir de enlace con la Resistencia francesa, aunque en realidad lo que ella busca es encontrar a su amor.
Los atentados contra los trenes militares, las traiciones y el romance con Julien, un resistente francés, le hará tomar cariño por esas gentes y ponerse a favor de unos niños judíos que son buscados por los nazis para su extermnio, que ya antes se llevaron a sus padres.
El contacto con la realidad reforzará sus convicciones y hará que su vida cambie por completo para siempre.
La actriz australiana Cate Blanchett es pieza fundamental en esta historia, que está bien contada, y dirigida de forma académica por su compatriota Gillian Armstrong, con la que ya trabajó en su película anterior 'Oscar y Lucinda' (1997), ya que sobre ella se carga buena parte del peso del film.
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