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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine norteamericano está recurriendo en los últimos tiempos con demasiada frecuencia a argumentos ya antiguos, a guiones que funcionaron en su momento y que ahora, una vez remozados y modernizados, se vuelven a hacer de nuevo.
Así ocurre con esta comedia de los años cuarenta que interpretaba Cary Grant, en la que el pastor de una iglesia pide ayuda al cielo para salir de los apuros económicos en que se encuentra su parroquia y le es enviado un ángel, con forma humana, que tratará de auxiliarle en todo lo que necesita.
Se trata de una comedia menor, llevada a cabo por el director Penny Marshall, en la que se ha cometido el error de que la actualización es mínima y el problema hoy en día no interesa, con el consabido especulador que quiere quedarse con los terrenos de la parroquia para construir un centro de lujo y ganar dinero fácil, pero que terminará arrepentido.
Se echa de menos que no se utilicen efectos especiales para la actuación del ángel, lo cual es casi de agradecer.
Parte de esa actualización ha consistido en que la protagonista, Whitney Houston, se dedica a dirigir el coro de la iglesia y de esa forma se tiene la justificación para que interprete algunas canciones, como cantante que es, luciendo así esa faceta.
Esto en lugar de beneficiar le perjudica, porque alarga un argumento que no daba para mucho y lo hace más lento y reiterativo.
En contrapartida su banda sonora ha sido nominada para el Oscar en el apartado de comedia, algo positivo tendría que tener.
La presencia de la pareja de color Denzel Washington y Whitney Houston en el reparto, siempre alegra el panorama interpretativo, pero ambos notan que sus papeles no tenían mucha enjundia.
En definitiva una comedia sosa y aburrida.
Premio Image para Whitney Houston y Loretta Devine. Premio Epifania y mejor film en los Movie Guide.
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