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CRITICA
Por: PACO CASADO
El éxito de la película 'En nombre de la tierra' (2019) le ha valido al director francés Edouard Bergon hacer este su segundo film 'El oro verde' (2024) conocido en otros países como La promesa verde, traducción literal de su título original.
Aquí se cuenta la historia de Martin Landeau, un estudiante universitario de antropología, que llega como voluntario a la ONG del Centro Médico KMA para ayudar, aunque en realidad está investigando acerca de la desforestación que se está llevando a cabo en Kalimanta, en la isla de Borneo, y en otros lugares de Indonesia, donde no se respetan los derechos humanos, para obtener material para su tesis de doctorado.
Le recibe Paul Lepage, el director del centro, y allí conoce a Timo, quien espera la llegada de Nila, su prima, una activista en contra de la desforestación.
A poco de su estancia se produce un ataque de Rudi, un sicario, contratado por la empresa Palmyr, que extrae aceite de palma, que trata de asustar a los nativos para que abandonen sus tierras y las ocupe la empresa para su negocio, un producto que igual se utiliza en los alimentos, en los cosméticos, los carburantes etc.
Poco después se produce la boda de Timo y esta vez Rudi irrumpe en la ceremonia disparando a los asistentes ocasionando varios muertos y quemando las casas de alrededor, lo que Martin filma con su cámara.
Antes de que se la quiten le saca la tarjeta y la cambia por otra limpia, pero se llevan a Nila.
A partir de ahí Martin es acusado de tráfico de drogas y es detenido.
Carole, su madre, reclama en París a las autoridades francesas que pidan su extradición, pero no hay acuerdo entre los dos países.
No obstante esta aguerrida madre se trasladas al lugar de los hechos donde trabaja todo lo humanamente posible por salvarlo.
Por ese delito Martin puede ser condenado a pena de muerte.
Esto no es más que el principio, ya que la mayor parte del argumento lo constituye la ardua defensa que lleva a cabo Carole de su hijo para evitar que sea ejecutado.
Lo que quiere la empresa Palmyr, y las autoridades que están comparadas por ella, es recuperar la grabación de la masacre originada durante la boda, y por ello acusan injustamente a Martin de traficante poniéndole en la maleta tres kilos de cocaína, enfretándose desesperadamente a un sistema corrupto que trata de silenciar los crímenes que origina, mientras Carole trata de defender la inocencia de su hijo y denunciar la corrupción.
La película es una denuncia sobre la producción del aceite de palma y los combustibles verdes que no ofrecen nada bueno para el planeta ni para las personas, cuya producción es un desastre más que un milagro ecológico, ya que implica la desforestación en masa del ecosistema mundial y el calentamiento global.
Igualmente afecta a los indígenas de las selvas tropicales que ven cómo se talan los bosques que no se vuelven a regenerar.
Uno de los valores más sobresalientes de esta cinta es la estupenda interpretación que hace Alexandra Lamy, como Carole, de la defensa de Martin, su hijo interpretado por Félix Moati.
El director galo Eduard Bergeon debutó en el largometraje tras haber dirigido un corto y varios episodios de series de televisión con 'Au nom de la terre' (2019), que no se vio en España, y ahora nos llega su segundo El oro verde (2024) que lleva a cabo con una realización bastante limpia, aunque excesiva en metraje, un problema muy actual, ya que con menos minutos hubiera ganado en el ritmo de narración este drama humano de un inocente en peligro de muerte.
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