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CRITICA
Por: PACO CASADO
La constante falta de inspiración de los guionistas americanos hace que con demasiada frecuencia se recurra a hacer remakes de míticas películas de la historia del cine a las que no suelen superar, por mucho que traten de mejorarlas o ponerla al día en sus argumentos con las nuevas técnicas.
Algo de eso pasa con 'Charada' (1963), la obra maestra de Stanley Donen, con la estupenda elegancia que dotó a su puesta en escena ayudado por la prestancia de Gary Grant y el encanto Audrey Hepburn.
Es la historia de Regina Lambert, una viuda que ve cómo sus cuentas corrientes han sido vaciadas al igual que su piso en París a la muerte de su marido y que además es perseguida por unos cuantos matones en busca de un dinero que no sabe dónde se encuentra, pero que todos desean.
Tan solo tiene la ayuda en un americano que conoció antes de la muerte de su esposo, Joshua Peters o el misterioso Mr. Bartlomew.
El guión sigue bastante fielmente el original, aunque introduce algunos cambios en el sexo de los personajes, aquí el comisario es una mujer y alguno de los perseguidores, entre otras cuestiones.
Afortunadamente no se ha querido imitar a los actores originales conscientes de no poder superarlos sino dar otro perfil distinto.
Como el argumento era muy interesante, aunque la puesta en escena no tenga comparación, como ocurre con los actores, al menos resulta un thriller que no ha buscado la acción desenfrenada ni la comercialidad fácil de los actuales, sino que ha arriesgado a que no resultara comercial, como así ha sido.
No obstante tiene suficientes alicientes en el desarrollo de la trama, con una dinámica puesta en escena que hace un homenaje al cine francés y su nueva ola con la presencia de algunos de los actores galos que se incluyen en la trama.
El resultado es un tanto desigual pero aceptable.
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