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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine español sigue ganando espectadores y tal vez esto sea síntoma de que el público le está devolviendo la confianza de la que un día disfrutó, sobre todo en el género de la comedia.
Es precisamente en este apartado en el que se inscribe la nueva película, segunda de la filmografía del cordobés José Ángel Bohollo, quien tras debutar hace varios años con 'Ciénaga' (1993), ahora vuelve a la comedia de humor negro con 'Mátame much' (1997).
Es también autor del guion, en compañía de Gabriel Villanueva, con el que construye un argumento típico de las comedias de enredo en el que los personajes tienen que adoptar nuevas identidades según se van desarrollando los hechos.
Estos parten de la situación en que se ve envuelto Juan, el veterinario de un pueblo que usa cadáveres de mujeres para ensayar nuevos productos de cosmética, y su amigo Hugo, que le echa ocasionalmente una mano, sin pensar en el lío en que se va a meter, ya que la mujer robada del cementerio es cataléptica y resucita justamente en el momento que llega al laboratorio.
El enredo está servido con otros personajes que entran en escena, con puertas que se abren y se cierran, que provocan no sólo la comicidad sino alguna que otra situación de cine de terror al final de la trama.
Tal vez lo mejor del film es el bien entramado guion para que no quede ningún cabo suelto, siempre partiendo de situaciones convencionales y del esperpento que es toda la cinta.
Un buen reparto con nombres como los de Rosa María Sardá, Santiago Ramos y Nancho Novo, que cargan sobre sus espaldas el mayor peso de la cinta, correctamente dirigida por José ╡ngel Bohollo y con una inspirada música del cubano Leo Brouwer en cuya partitura destaca un brillante vals que preside la mayoría de los temas de este divertimento.
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