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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es la biografía de Verónica Guerin, periodista irlandesa asesinada en Dublín el 26 de julio de 1996, de seis disparos a bocajarro, hechos por un motorista en plena calle, sino el relato de las investigaciones que llevó a cabo en su trabajo, que puso en riego la integridad de su familia, se ganó las críticas de los políticos, las amenazadas de los mafiosos a los que investigaba en su enriquecimiento con el tráfico de drogas y el consiguiente aumento del número de muerte de los consumidores.
Recibió una brutal paliza y un balazo en una pierna, pero había que averiguar quien se escondía detrás de motes como el General, el Entrenador, el Monje, el hombre del almacén, etc.
Era una mujer contradictoria, una madre trabajadora, a la que le gustaba el fútbol, que amaba a su marido y a su hijo tanto como a su profesión, quien con una extraordinaria fuerza vital logró que su pluma fuera el arma más poderosa contra los capos de la droga y que al menos su muerte sirviera para cambiar las leyes de la constitución de su país y encerrar a los denunciados desde las páginas de su periódico, el Sunday Independent, uno de los diarios irlandeses más conocidos.
Obtuvo el Premio Internacional a la libertad de prensa, por el que pagó el alto precio de su vida.
El guión mantiene bien el interés, a pesar de que sabemos cual será el final, aunque no se detenga en profundizar en algunas cuestiones o personajes, caso del marido de Verónica.
Schumacher hace un cine de denuncia pero no se olvida del espectáculo, llevado a cabo con un ritmo trepidante.
Un estupendo reparto de actores muy bien encajados en sus papeles dan bien el tipo.
El retrato de una mujer, un ser humano con sus contradicciones y debilidades, un símbolo de la independencia en la búsqueda de la verdad, maravillosamente interpretado por la australiana Cate Blanchet.
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