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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine americano es capaz de sacar tema para una comedia de cualquier situación, por disparatada que ésta sea.
Monroe Cole, ex-presidente de los Estados Unidos se retira a Mooseport, una pequeña población del estado de Maine para pasar el verano, escribir sus memorias y dar lucrativas conferencias, pero cuando muere el alcalde le piden que se presente.
Sin saberlo lo hace también Handy, el dueño de la ferretería, que se pica al ver que Monroe Cole ha invitado a Sally, su novia a cenar, sin conocer esta relación.
La pugna que se entabla por el poder y por el amor de Sally, es como la de David contra Goliat. Mientras que Monroe tiene todo el personal a su servicio propio de un presidente, Handy no cuenta más que con sus empleados de la ferretería y la ayuda al final de la ex-mujer del presidente que está en su contra.
Una disparatada comedia, previsible desde su comienzo, pero en la que se dan jocosas situaciones gracias a un cuidado guión del oscarizado Tom Schulman, a un solvente trabajo de los también galardonados por la Academia Gene Hackman y Marcia Gay Harden, junto a Ray Romano, un cómico muy popular en la televisión americana que hace su incursión en el cine con esta película, y la simpatía de Maura Tierney, lo que se combina para hacer una agradable y divertida comedia, discretamente dirigida por Donald Petrie.
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