Título: | TERRITORIO PROHIBIDO | |
Tit. Orig.: |
CROSSING OVER | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2008 | |
Dirección: | WAYNE KRAMER | |
Guión: | WAYNE KRAMER | |
Fotografía: | JIM WHITAKER | |
Música | MARK ISHAM | |
Interpretes: | HARRISON FORD, RAY LIOTTA, ASHLEY JUDD, CLIFF CURTIS, ALICE BRAGA, SUMMER BISHILL, JIM STURGESS, JACQUELINE OBRADORS, ALICE EVE | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 113 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Wayne Kramer es un director sudafricano, afincado en los Estados Unidos, que se desenvuelve bien en el género policiaco, en el que debutó en la dirección de un largometraje con una interesante muestra del mismo en torno al juego con The Cooler (2003), a la que siguió otra de parecido corte, La prueba del crimen (2006).
Para su tercer título, de nuevo con un carácter policiaco, aunque con un tono más dramático, nos ofrece 'Territorio prohibido' (2008), una película que ha sido un gran fracaso comercial en los la taquilla norteamericana.
Max Brogan es un agente de inmigración estadounidense con una peculiaridad y es que se compadece y encariña con toda la gente que debe deportar.
Drama coral que se centra en la odisea de los inmigrantes ilegales para conseguir permiso de residencia en Los Angeles, que gira en torno a la inmigración en aquel país, de los extranjeros de distintas nacionalidades que de forma ilegal entran por sus fronteras, de lo que se ocupa la policía y las autoridades de la ciudad de Los Angeles, de la aplicación de la ley.
Unos atraviesan la frontera, otros tratan de conseguir documentos falsos, algunos buscan trabajo, a veces tratan de obtener la tarjeta verde y también los hay con intenciones terroristas.
Para ello se ha ideado una historia de vidas cruzadas, acogiéndose a la moda actual, a través de la cual hace un muestreo de los distintos casos que se suelen presentar en las relaciones de la policía con los propios inmigrantes.
Una mexicana con un hijo pequeño; una modelo australiana que cede al sexo con Cole Frankel, un funcionario corrupto, para tener la carta verde que le permita actuar; un joven coreano a punto de conseguir la nacionalidad inmerso en una mafia; un chico inglés que se hace pasar por judío para poder trabajar en un colegio; una niña musulmana que defiende a los suyos en la actuación del 11S, como forma de hacer oír su voz, acusada de terrorismo, que pone en riesgo la unidad de su familia, y así podríamos seguir prdesentando muchos más casos.
El guion elige distintas nacionalidades y problemáticas como una manera de tratar los diversos casos que se suelen dar, y enfrente la abogada idealista que trata de proteger a los sin papeles, el policía corrupto o Max Brogan el buen agente que se compadece de ellos y trata de ayudarles en lo que le es posible sin salirse de los límites que marca la ley.
En este sentido tal vez se le puede tachar de ser un tanto maniquea, de que no haya términos medios y también de ser previsible, ya que terminan coincidiendo todos los casos al final de la historia como, por otra parte, suele ser habitual en esta clase de guiones.
Un film con buenas intenciones, lo que a veces le pierde y cae en el tópico, aunque no hace más que exponer una cruda realidad sobre la que no debemos taparnos los ojos ante los problemas de estas personas indocumentadas, que no hacen otra cosa más que buscarse la vida.
Son casos contados de una forma tibia, sin apasionamiento, sin un pegamento común que los una, por lo que el guion resulta un tanto inconexo, llevado a cabo con un reparto irregular, con un Harrison Ford que últimamente no tiene mucho acierto en la elección de los papeles, junto a la siempre agradable Ashley Judd y el malvado funcionario corrupto que le ha caído en suerte a Ray Liotta.
Cinta entretenida, para pasar el rato.