Título: |
UNA PALOMA SE POSÓ SOBRE UNA RAMA Y REFLEXIONÓ SOBRE LA EXISTENCIA |
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Tit. Orig.: |
EN DUVA SATT PA EN GREN OCH FUNDERADE PA TILLVARON | |
Nacionalidad: | SUECIA, NORUEGA, ALEMANIA, FRANCIA, 2014 | |
Dirección: | ROY ANDERSON | |
Guión: |
ROY ANDERSON |
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Fotografía: |
ISTVÁN BORBÁS, GERGELY PÁLOS |
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Música |
ROBERT HEFTER |
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Interpretes: |
HOLGER ANDERSSON, NILS WESTBLOM |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: |
101 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
'Una paloma se posó en una rama a reflexionar' sobre la existencia dirigida por el sueco Roy Anderson, llega a la cartelera tras pasar por la Sección oficial del Festival de cine europeo de Sevilla 2014, con la que completa su trilogía sobre la existencia humana que inició con 'Canciones del segundo piso' (2000) y siguió con 'La comedia de la vida' (2007), no vistas en nuestro país, con un humor absurdo y surrealista en 39 viñetas que nos invitan a pensar en el destino final de la humanidad, lleno de hechos banales, intrascendentes e irrelevantes en la vida de cada uno, ante la insoportable levedar del ser, que nos mueve a reflexionar sobre nuestra propia existencia.
A pesar de lo que dice el título de esta película, su contenido no tiene nada que ver con ninguna clase de ave, algo que aclaramos desde el principio.
La historia está protagonizada por un par de fracasados y excéntricos representantes de artículos de broma, que no consiguen vender, ni siquiera cobrar, los pocos productos que han colocado, que van a servir para presentarnos una serie de cuadros muy diversos y personajes extravagantes de la geografía humana sueca, entre ellos el de una profesora que enseña flamenco a un cuadro de baile, los clientes de una taberna que pagan sus bebidas con besos, un ejército que se marcha a la guerra con el rey sueco Carlos XII a la cabeza del mismo que vuelve posteriormente derrotado tras perder contra los rusos la batalla de Poltva en 1709, entre otros, en planos larguísimos que se hacen interminables, con una puesta en escena muy minimalista, con una estética plomiza y gris.
Previamente se nos presentan tres cuadros en torno al encuentro con la muerte de otras tantas personas, que nada tienen que ver con lo que sigue a continuación, sin más argumento ni conexión, que posiblemente sean los únicos que tienen cierta gracia, sobre todo el de la señora que no quiere despedirse de sus joyas.
Todas estas escenas están captadas a través de una cámara a piñón fijo, como si estuviera anclada al suelo con cemento, delante de la cual van sucediendo los hechos de todo tipo pretendidamente trascendentes o cómicos, con abundantes repeticiones y monotonía en los mismos, muchas veces con un carácter absurdo, que quieren ser satíricos en ocasiones, pero con poca gracia en ningún momento o debe ser que el humor nórdico no llegamos a comprenderlo por estos lares.
Todo ello está rodado a cámara fija, sin el más leve movimiento, que es algo teatral o la contradicción de lo que es el cine, que entendemos como "el arte del cambio del punto de vista", lo que resulta irritante y pretencioso.
Un cuadro surrealista de escaso interés artístico, a través de una escenografía cuidada con detalle, que constituye un film sobre el patetismo humano, sin una estructura clásica que incomoda bastante al espectador no habituado a esta clase ¿de cine?.
Raro es el cuadro en el que uno de los personajes no hable por teléfono con otro y le conteste: "Me alegra que te encuentres bien", algo sin sentido que no viene a cuento en ninguno de ellos.
Está dirigida por el sueco Roy Anderson que con este sexto título de su filmografía cierra su trilogía sobre la existencia humana compuesta por una sucesión de escenas a plano fijo, con temas como la muerte, la soledad, la hipocresía y lo absurdo que puede ser reflexionar sobre la vida.
Incomprensiblemente ganó el León de oro en el Festival de cine de Venecia 2014.