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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director Matías Bize no es un desconocido en el Festival de cine Iberoamericano de Huelva, puesto que ya estuvo con su película anterior 'La vida de los peces' (2010) con la que ganó el Colón de plata al mejor guion y también un Goya y ahora lo hace con 'La memoria del agua' (2014), su sexto largometraje que, según confesión propia, es el mejor de los suyos en el que ha volcado todo lo que había aprendido en los anteriores, al ser un film más profundo y más emocionante.
Es la historia de amor de Javier y Amanda, una joven pareja que tras la muerte de su hijo de cuatro años, debido a un accidente doméstico, luchan por mantener su relación.
Ese intenso dolor que les ha producido tan preciada pérdida los ha fracturado como pareja y a pesar de lo mucho que se quieren, no pueden sobreponerse y ella no quiere seguir viviendo en esa casa, que tantos recuerdos le trae a la memoria de su pequeño, y decide emanciparse.
Javier quiere salir adelante con Amanda, pero de momento ese distanciamiento hace que no sea posible ya que es la peor desgracia para una madre que le produce la mayor de las angustias.
Con el tiempo tiene una nueva relación con un antiguo novio que un día aparece que, tras una intensa nevada, le hace recapacitar.
La cinta muestra la sutil construcción de sus nuevas vidas y los movimientos por olvidar lo que fueron como pareja siguiendo los pasos de ambos superando esa ausencia y tratando de recuperarse lo que significa ponerse en el lugar del otro y comprender su dolor, sus soledades y silencios.
Pero la posibilidad de un nuevo reencuentro aparece y ellos saben que esa decisión podrá cambiar el sentido de sus vidas para siempre.
La película analiza lo que le pasa a esta pareja tras la pérdida de su hijo en una especie de estudio antropológico que hace de forma serena este joven realizador chileno de tan solo 36 años, sabiendo llegar al espectador y haciendo que éste se conmueva al reflexionar sobre lo que se nos está contando a través de un guion bien escrito.
Las relaciones de pareja es una constante en la filmografía de Matías Bize y de nuevo vuelve a tocar el tema usando el trágico suceso en este nuevo y duro melodrama que emociona tremendamente sin tener que usar recursos fáciles.
Film esperanzador sobre la condición humana y cómo el dolor puede condicionarnos. En este sentido tiene una de las escenas más extraordinarias e impresionantes que le hemos visto nunca a nuestra actriz Elena Anaya, casi al término de esta historia, mostrando los sentimientos de una manera fenomenal. Y también obtiene una sobria respuesta de su pareja en la ficción del chileno Benjamín Vicuña que hace un buen trabajo digno de ser destacado.
Fue rodada durante siete semanas, algo excesivo para una producción chilena y previamente ensayada como si fuera una obra de teatro.
Tras pasar por la Mostra de cine de Venecia fue estrenada en Chile con más de cien mil espectadores algo inusual en ese país lo que supuso todo un gran éxito de público y de crítica.
Ganó el Colón de plata esta vez al mejor director para Matías Bize en el Festival de cine Iberoamericano de Huelva. Nominada a los premio José María Forqué a la mejor cinta latinoamericana.
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