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CRITICA
Por: PACO CASADO
Es el octavo largometraje de Quentin Tarantino con el que vuelve al género western con referencias a la historia de Estados Unidos en el que ocho personajes, siete hombres y una mujer, se quedan atrapados en un remoto paraje de montaña durante una gran tormenta de nieve, todos igualmente peligrosos. Esto sucede unos pocos años después de la Guerra de Secesión americana.
Es la historia de dos cazarrecompensas que coinciden en una diligencia, John Ruth al que apodan La horca, que lleva a Daisy Domergue, una fugitiva, para que la ahorquen, el otro es el mayor Marquis Warren, un antiguo oficial negro de la Unión que prefiere entregar muertos a los que busca.
Por el camino recogen a Chris Mannix, el próximo sheriff de Red Rock, que es a donde se dirigen, pero han de refugiarse en un lugar de postas de diligencias de un puerto de montaña, La Mercería de Minnie, debido a una gran ventisca, en los nevados paisajes de Wyoming.
Allí encontrarán a otros personajes, entre ellos a Bob el mexicano que se encarga del negocio en ausencia de su dueña, Osvaldo Mobray un verdugo, Joe Gage un vaquero y Sanford Smithers un general confederado, lugar en el que permanecen mientras termina la tormenta de nieve, en donde les aguardan algunas sorpresas.
Salvo el comienzo casi todo el tiempo se emplea en esa reunión de los ocho personajes en una especie de obra teatral con largos y abundantes buenos diálogos, muy ingeniosos por cierto, en la que nunca sabemos quién dice la verdad y quién miente.
En un momento determinado el mayor Marquis Warren se convierte en una especie de Agatha Christie para averiguar quién es quién y cual es su conducta ante un hecho delictivo cada uno de los presentes.
La parte final es una excesiva orgía de sangre muy propia de cualquier western europeo que tanto gustaba al joven Tarantino cuando era empleado de un videoclub.
A pesar de que Tarantino ya había hecho otro western, 'Django desencadenado', no se parecen, recuerda más a 'Revervoir Dog' en un momento determinado a la sangrienta batalla final.
El guion tiene una buena idea de base, aquí no hay buenos ni malos, todos lo son más o menos, y se reserva la violencia para la parte última.
Emplea demasiado tiempo en presentar a los personajes, a los que vamos conociendo a través de su pequeña historia, en cambio el último tramo es realmente estupendo, aunque con un poco de menos metraje hubiera sido suficiente y quedaría mejor, pero no obstante no pesa en ningún momento su desarrollo y su extensa duración es debido a un largo flash back en el que se cuenta lo que ocurrió la mañana antes de llegar los de la diligencia.
A lo largo de su argumento se tocan temas como la violencia, la muerte, el racismo, la justicia, la esclavitud, las consecuencias de la Guerra de Secesión, sobre la que se denuncia un alegato antirracista durante el disfrute que es su proyección.
Por primera vez Tarantino utiliza una banda sonora original y para no ser menos es de Ennio Morricone, de quien ya había utilizado algunos temas de anteriores films suyos, que por cierto ha ganado el Globo de oro y está nominada al Oscar, aunque no creemos que sea la mejor del compositor italiano.
Llama la atención que haya sido filmada en un formato que ya no se usa como el Ultra Panavisión 70 mm. y tampoco tiene muchos motivos para justificarlo salvo la exhibición de unos pocos espléndidos paisajes o escenas espectaculares a cielo abierto, como el cuarto de hora del comienzo del transcurrir de la diligencia en la nieve.
Una vez más utiliza a los mismos actores de sus anteriores cintas destacando sobremanera Samuel L. Jackson y Jenifer Jason Leigh como único personaje femenino, en un reparto espléndido en el que todos se comportan como los grandes actores que son.
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