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CRITICA
Por: PACO CASADO
En 1820 Hugh Glass, un hombre que vive en las montañas, resulta herido de muerte por el ataque de una osa. Viendo que nada pueden hacer por él, sus compañeros lo abandonan en el bosque. Pero sorprendentemente se repone de sus heridas y trata de vengarse de John Fitzgerald y Jim Bridges quienes lo dejaron a su suerte. Está basado en el personaje histórico de este trampero y explorador de finales del siglo XIX, aunque parte de esas aventuras son apócrifas, apoyado por la leyenda que se creó sobre su persona, a las que Iñárritu ha añadido más giros a la trama.
Antes de seguir adelante hay que decir que esta historia ya fue lleva a la pantalla con anterioridad con el título de 'El hombre de una tierra salvaje' (1971), dirigida por Richard C. Sarafian, con Richard Harris y John Huston, que se basaba en el caso real, a diferencia de ésta que lo hace en la novela publicada en 2002 y convertida en un best seller.
Sádica película épica sobre un grupo de cazadores que negocian con pieles trabajando en las montañas rocosas americanas, cercanos a los indios Arikara, a orillas del río Missouri. Cuando el explorador Glass trabaja con su adoptado hijo mestizo Hawk, es atacado por una osa que le inflige heridas mortales, y es abandonado moribundo por sus compañeros, pero sobrevive.
Movido por su afán de venganza, de ajustar cuentas con John Fitzgerald, el hombre que le traicionó, comienza su odisea.
Para ello saca fuerza de flaqueza, a base de voluntad e impulsado por el amor a su esposa nativa y a su hijo mestizo, ambos asesinados, emprende un largo viaje de centenares de kilómetros para lograr el objetivo que se ha propuesto.
Un drama a medio camino basado en un hecho real en el que se inspiró Michael Funke para escribir la novela de la que Mark L. Smith y Alejandro González Iñárritu han escrito el guion, a caballo entre un film western y una cinta de aventuras sobre una historia de supervivencia y de venganza, que termina convirtiéndose en una historia en busca de la redención.
Rodada de forma cronológica entre la Patagonia argentina y Canadá a base de luz natural y de las hogueras, sin traicionar a su cine, con planos secuencia desde que comenzó su carrera y con cada vez más medios, posee un inicio espectacular, brutal y salvaje, lleno de violencia, al ser atacado el grupo de cazadores por los indios, que originan una feroz matanza de la que a duras penas logra escapar una docena de hombres y en donde la naturaleza también tiene una clara participación protagónica en el desarrollo, que en cierto momento se divide en tres acciones que se desarrollan en simultaneo, la sufrida pasión de Glass, la huida del traicionero Fitzgerald y el regreso del resto de los compañeros al fuerte.
Desde el inicio mete al espectador en la trama con su manera espectacular de mover la cámara, a veces por sitios inverosímiles de poder filmar, con varios planos secuencia (ataque inicial de los indios y la pelea con la osa entre otros) que es como una coreografía y la verdad es que tiene unas escenas realmente violentas y muy bien captadas, para expresar así la dureza de la vida de los tramperos, con sus extremas condiciones climáticas y de peligros en feroz lucha contra las tribus nativas, en los inicios del siglo XIX.
Hacia la mitad se hace un poco repetitiva y algo cansina, pero Iñárritu recupera el aroma del antiguo buen cine de aventuras a través de la notable fotografía del oscarizado Emmanuel Lubezki que nos introduce de lleno en la pelea con su cámara.
En el aspecto interpretativo el director somete a los actores a una auténtico tormento, sin la más mínima piedad, lo que resulta a veces excesivo, con la idea de impresionar al espectador, especialmente en el caso de Leonardo de Caprio, con un personaje muy físico que le hace sufrir lo indecible, no sale de una dura lucha por mantenerse con vida cuando se ve metido en una situación más comprometedora aún si cabe, de los que sale a base de sus instintos primarios de supervivencia, por la propia dignidad y en busca de la justicia.
Le sigue a la saga el buen trabajo de Tom Hardy que aparece diferente en cada nuevo trabajo que hace, aquí de su némesis.
Nada más que por la dureza del papel Di Caprio ya merece el Oscar como anteriormente obtuvo el Globo de oro.
En definitiva resulta un gran espectáculo, grandioso e impactante, pero a veces la historia resulta algo alargada.
Ganó tres Globos de oro: mejor drama, Leonardo Di Caprio y director. Tiene 12 nominaciones a los Oscar y 7 a los Bafta. y casi 40 premios de asociaciones de críticos.
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