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CRITICA
Por: PACO CASADO
Michael Bay es un director especializado en cine de acción que suele levantar polémica entre la crítica ya que generalmente sus productos, la mayoría muy comerciales, no son bien valorados, aunque a nuestro entender, a pesar de sus defectos, tienen casi siempre un nivel aceptable.
'13 Horas: los soldados secretos de Bengasi 'cuenta los angustiosos momentos que vivieron seis exmilitares de élite que defendieron al personal de la embajada de los Estados Unidos en la ciudad de Bengasi (Libia), durante el ataque de un grupo de terroristas islámicos el 11 de septiembre de 2012, en el que fue asesinado su embajador Christopher Stevens y varios empleados de la misión diplomática, logrando salvar no obstante a 30 de ellos. El ataque se llevo a cabo en la misma fecha del 11 S, un año después, tras la muerte de Muamar el Gadafi.
La embajada fue defendida por un grupo de seis exsoldados SEAL de Operaciones especiales contratados por la CIA, que vieron dificultada su misión por falta de apoyo de quienes tenían que prestársela.
Esos hombres estaban metidos en estas peligrosas labores más por dinero que por patriotismo, abandonando a sus familias, siempre con la muerte asechándoles con el riesgo de volver a casa en un saco de plástico.
Esta duodécima película de Michael Bay está en la línea del cine que suele hacer el director californiano, un especialista en cine de acción en el que ésta priva más que la propia historia.
Una muestra de su cine puede ser 'Pearl Harbor' (2001) donde mezclaba el drama bélico con un romance, aspecto este último que no figura en '13 horas: los soldados secretos de Bengasi' en cuyo reparto tan solo aparece el nombre de una mujer, junto a un grupo de actores poco conocidos, lo que le da mayor realismo.
En esta ocasión el complicado guion se contagia de la propia confusión que tienen los protagonistas que a veces no saben a qué bando pertenecen los que tienen enfrente, si están a favor o en contra.
Con unas escenas previas de la llegada a Bengasi, para dar idea de la tensa situación que se vive, el grueso del metraje es el asalto a esa especie de El Álamo que termina pareciendo el edificio del complejo diplomático.
En este sentido el asalto está filmado con notable realismo pero, volvemos a repetir, de manera muy confusa, dejando siempre el tema político fuera y centrándose en la mera acción, en la lucha contra el terrorismo, exhibiendo una gran cantidad de efectos especiales en las persecuciones, explosiones y tiroteos que no cesan, entre los que apenas hay un momento dedicado a la comunicación de los componentes del equipo con sus familias.
Está basada en el libro de Mitchell Zuckoff que trata sobre el hecho real de lo que ocurrió tras la caída de Gadafi y el episodio de esos bravos hombres, aspecto éste que nos recuerda a otra película, 'Argo' (2012), de Ben Affleck, en la que también se trataba de evacuar a un grupo de personas de la embajada americana, aunque en aquella no había tanto disparo, ni confusión, pero tampoco estaba privada de acción y por supuesto con más cine dentro y menos fuegos artificiales que en ésta en la que las secuencias bélicas aburren debido al exceso y la repetición, con un vertiginoso montaje, haciendo así demasiado largo un metraje que no era necesario, pero Bay debe creer que de esa forma resulta más espectacular, pero no por ello es más comercial ya que ésta apenas ha cubierto en la taquilla americana los 50 millones de dólares que tuvo de presupuesto.
La descripción de los personajes tampoco es modélica como igualmente los diálogos. A los amantes del cine bélico les puede entretener, pero no más.
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