27 Octubre 2021. Robert Guédiguian regresa a Seminci con 'Mali Twist', un filme en el que ahonda en los «errores y horrores» de la colonización de África.
El cineasta francés mantiene su interés en los movimientos revolucionarios, esta vez, en torno al proceso de transformación que se vivió en Mali tras la independencia del país en 1960.
'Mali Twist', programada a concurso en Sección Oficial, supone el reencuentro de Robert Guédiguian con la Semana Internacional de Cine de Valladolid, Seminci. El festival, que celebra su 66 edición hasta este sábado 30, acoge el estreno mundial del filme, que Guédiguian ha descrito como «un desafío» durante el encuentro que ha mantenido en la mañana de hoy con los medios de comunicación en el Salón de los Espejos del Teatro Calderón.
Guédiguian ya sabe lo que es ganar en Seminci, que en su 44 edición le dedicó un ciclo y un libro: tiene en su haber una Espiga de Oro por La ciudad está tranquila (2000) y una Espiga de Plata por Las nieves del Kilimanjaro (que en 2011 le valió también el Premio del Público). Además, en 2009 se alzó con el Premio Especial del Jurado y el galardón a mejor guion por El ejército del crimen. La última vez que participó en el certamen vallisoletano fue en 2015 con Una historia de locos.
En esta ocasión, compite con un filme en torno a la descolonización de África, que refleja, de nuevo, su interés en los movimientos revolucionarios. En concreto, sobre la colonización africana, Guédiguian ha subrayado: «Tenemos que hablar de este tema en Francia y en Europa, de nuestros errores y nuestros horrores, y quien no lo entienda, está condenado a revivirlos». «Y yo no querría vivir lo que pasó en Francia en los años 30 y 40, me iría», ha asegurado. «No, no me iría: cogería las armas, porque aunque ya esté viejo para combatir, todavía me quedan reflejos», ha matizado.
El filme surgió a partir de una exposición de fotografías de Malick Sidibé que retrataban el Mali de los años 60, «imágenes que mostraban a jóvenes vestidos con ropa muy extravagante, como de fiesta o carnaval, y decidimos, a partir de ahí, informarnos sobre el Mali de aquella época, en el que el presidente Modibo Keita intentaba crear un socialismo panafricano». A través de la historia de Samba y Lara, la cinta cuenta los entresijos de ese período de transición que se inició con la proclamación de la independencia del país en 1960.
Sobre cómo fue el proceso de selección de los dos intérpretes protagonistas, Guédiguian ha señalado: «Los buscamos en la calle, en los institutos, hicimos lo que se llama casting salvaje». Ambos son franceses de origen africano. Stéphane Bak, que se mete en la piel de Samba, «había hecho teatro de improvisación con 13 o 14 años y algunas películas, pero no era muy conocido en Francia». Alicia Da Lus Gomes, que interpreta a Lara, «nunca había rodado una película». En ellos buscaba Guédiguian a «unos Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, porque la película se centra en una historia de amor que tenía que ser muy realista, reflejar ese idealismo que todos tenemos cuando acabamos de nacer y que después se va perdiendo». «Los actores con los que trabajo desde hace años siempre me habían animado a trabajar con jóvenes y eso he hecho, y está bien para ellos y también para mí, por lo que yo pueda transmitirles y lo que podamos compartir», ha añadido el director francés, que firma también el guion de la película junto a Gilles Taurand.
Junto a Guédiguian, en el encuentro con los medios de comunicación ha estado presente Marc Bordure, productor de Mali Twist, con quien el cineasta francés lleva trabajando 25 años. «En un primer momento pensamos en hacer un documental o una serie, pero, finalmente, decidí que quería que fuera una película de cine», ha comentado Guédiguian, que ha dicho que surgió de forma «muy espontánea». «El protagonista podría ser yo, que en esa época era un joven revolucionario de tendencia comunista, un idealista… y bailaba el twist y el rock and roll mejor que el protagonista», ha afirmado, entre risas.
La película, una coproducción entre Francia, Canadá, Italia y Senegal, se rodó en este último país, porque «en Mali no era posible por razones de seguridad», ha explicado el productor, Bordure, que ha comentado también que parte del equipo «está en Marsella y todavía no ha visto la película, que se estrenará en Francia a principios de 2022».