4 Junio 2022. Europa y África unen sus proyectos cinematográficos en el espacio de industria del Festival de cine africano.
El Festival de Cine Africano de Tarifa ha celebrado su séptima jornada con la primera sesión de FCAT LAB, el espacio de industria del festival. Las empresas de postproducción españolas se presentan en Tarifa ante directores y productores africanos gracias al Spanish Post Production Showcase organizado por el ICAA.
La selección contaba con empresas consolidadas internacionalmente así como con otras más pequeñas, todas ellas referentes por su profesionalidad y competitividad. “Una acción necesaria y un éxito rotundo que esperamos poder volver a presentar en el FCAT 2023”, ha explicado Gaetano Gualdo, coordinador de este área del festival. De hecho, tras la celebración, una empresa de Kenia ha solicitado la asistencia de FigTree Studios de Barcelona, una señal que indica no solo la buena acogida de este tipo de iniciativas sino la necesidad por parte de cineastas y productoras de intercambiar proyectos y objetivos.
La primera colaboración entre la Universidad de Cádiz y el FCAT ha tenido lugar hoy con la mesa redonda Rodar en África más allá de los estereotipos. El cineasta Alejandro Salgado (director de Barzaj), Lorenzo Benítez (director de Madres invisibles) y Armando Buika, cofundador de The Black View, han sido los ponentes de esta mesa, que se ha desarrollado con una muy buena interacción entre el público y los estudiantes de la UCA.
Armando Buika ha centrado su intervención en la necesidad que tiene el cine de cambiar la imagen del afrodescendiente en las películas. Lorenzo Benítez y Alejandro Salgado, directores andaluces con experiencia de rodajes en África, han compartido con el público los dilemas que surgen cuando un cineasta europeo va a África a representar una realidad, poniendo atención en no caer en los simplismos que tanto daño han hecho a la representación de la diversidad de África.
La mesa redonda ha servido para cuestionar la mirada occidental sobre el continente o el racismo subyacente. “¿Por qué siempre que se hacen películas desde España sobre cuestiones africanas se centran en temas como la inmigración o la problemática de las fronteras?”, ha cuestionado Armando Buika. Por su parte, los alumnos de la Escuela de Cine se han preguntado cómo se pueden posicionar los cineastas españoles, blancos o europeos para contar historias más realistas o cercanas del continente. Se ha llegado a la conclusión de la importancia de saber escuchar, dialogar y posicionarse, y también de reconocer las cosas que no conocemos para no caer en los simplismos.
Black Medusa es, en palabras de Javier H. Estrada, "una película profundamente atmosférica en la noche tunecina". Ismäel, director de la película, ha compartido espacio en el aperitivo de hoy. “El cine no tiene nada que ver con las palabras, el cine es el hijo de la cultura. El cine es una atmósfera, un mundo de sensaciones que desborda al espectador, el cine es poesía, es literatura”, ha explicado el cineasta tunecino. “Hacemos películas para matar a nuestros padres, tengo el deseo de que el cine se renueve y podamos seguir avanzando”, ha dicho Ismäel sobre esta película “visceral, siniestra y escalofriante con todas las características de un film noir”.
El FCAT rinde homenaje a la cineasta egipcia Atteyat Al-Abnoudy, directora pionera del mundo árabe, fallecida hace cuatro años. Dentro de la retrospectiva dedicada a la “madre del documental egipcio”, se proyectan cuatro de sus primeros cortometrajes. Apodada la "cineasta de los pobres", su decisión de filmar a la gente en una vida cotidiana de duro trabajo y precariedad fue un escándalo en una época en la que el cine era percibido por las autoridades como un arma de propaganda.