Gary Cooper, como saben los aficionados al cine, era alto. Alrededor de uno noventa. Bueno, pues un día, en la cafetería del estudio hablaba con otros actores del peligro de encasillarse en un mismo tipo: "Porque hay que ser capaz de hacer cualquier papel", dijo, a lo que uno de los que allí estaban replicó: "¿Es usted capaz de interpretar cualquier personaje?, a lo que Cooper refirió: "Hombre, mientras no sea bajito".