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CRITICA
Por: PACO CASADO
La directora y guionista Inés Paris, debuta en solitario en la realización de su primer largometraje tras haber co-dirigido con Daniela Féjerman dos comedias anteriores, A mi madre le gustan las mujeres (2001), que funcionó muy bien, y 'Semen, una historia de amor' (2004) que era algo más endeble.
En este tercer título de su filmografía reincide en la comedia, pero esta vez se ha trasladado al siglo XVI en un momento en que hipotéticamente hace coincidir a dos genios de la literatura universal, el inglés William Shakespeare, que se traslada a España persiguiendo a Leonor de Vibero, una dama de la que está enamorado, y Miguel de Cervantes, que tiene problemas en su matrimonio y en su economía y al que la susodicha mujer trata de hacer que colabore con el genio de las letras inglesas, a quien hace pasar por su criado, en la escritura de una comedia a su medida, que tiene intención de interpretar, como regalo en el día de su boda con el Duque de Obando, un noble viudo cuyas hijas temen que las deje sin título y sin herencia, por lo que maquinan para quitarla de enmedio.
El guión utiliza los mismos recursos de enredos de las comedias de ambos escritores e incluso fragmentos de diálogos de sus obras o la creación de algún personaje de las mismas, con cierta gracia y manejo del ingenio.
A pesar de esa habilidad, la película no acaba de funcionar en la medida que debiera y que se merecen los dos insignes autores de sus respectivas literaturas.
Los dos actores protagonistas están un poco pasados de rosca, en cambio más centrados en sus papeles José María Pou y Elena Anaya que presta frescura y encanto a su personaje.
Una buena ambientación de época y vestuario, con una luminosa fotografía, para una entretenida comedia que no pasa de discreta y que abusa de la subtitulación de los diálogos.
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