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CRITICA
Por: PACO CASADO
Con un nuevo móvil, un apartamento cerca del Grove y una cuenta corriente desahogada (que le ha dejado su querido y difunto marido), Marnie Minervini, viuda reciente, se traslada encantada a Los Angeles para estar cerca de su hija Lori, una guionista de televisión de éxito, aún soltera, a la que asfixia con su amor materno dedicándole su tiempo libre y a la que trata de buscarle pareja.
Debido a las docenas de llamadas y mensajes de texto con su móvil, visitas inesperadas y continuadas largas conversaciones dominadas por consejos no solicitados, obligan a Lori a fijar unos estrictos límites personales.
Pero Marnie encuentra la manera de encauzar su eterno optimismo y su vehemente generosidad para cambiar las vidas de los demás, así como la suya propia y encontrar una nueva meta en la vida.
Marnie conocerá así a nuevos amigos, nuevas aventuras y un posible nuevo amor.
El guion, escrito por la propia directora Lorene Scafaria, está basado en una relación autobiográfica de ella con su madre al enviudar ésta a la que de alguna manera quiere controlar y encauzar a su manera, que no acepta que ha perdido a su marido, tiene miedo a estar sola, y se muestra como una madre demasiado atosigante para con su hija.
De esta forma la realizadora presta un sentido agradecimiento y homenaje a su madre, al tiempo que hace una optimista reflexión acerca de las segundas oportunidades, el amor maternofilial y de eso tan difícil de hacer como es vivir.
Su generosidad le permite ganarse nuevos amigos y así meterse en la vida de los demás si puede ayudarles, como una forma de sobrevivir al dolor causado por la reciente pérdida del esposo.
Susan Sarandon, protagonista casi absoluta y productora, que está sensacional en su prolongado personaje, es uno de los alicientes de esta película amable, con una historia que trata de conmover a ratos, hacer llorar y reír a un mismo tiempo en otros, con un J.K. Simmons desaprovechado en un pequeño papel muy distinto al del enérgico y personal director que hacía en 'Whiplash' (2014) por el que ganó el Oscar, que no tiene mucha intervención en la trama. Y junto a ellos la actriz australiana Rose Byrne, que está bien como Lori, la sufrida hija.
Lorene Scafaria debutó en el largometraje con 'Buscando un amigo para el fin del mundo' (2012) y con 'Una madre imperfecta' (2015) hace su segundo film como directora y guionista a la vez con un resultado bastante discreto para una comedia pequeña, con un corto presupuesto, rodada en poco más de tres semanas, logrando una cinta entretenida que se deja ver sin dificultad.
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