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CRITICA
Por: PACO CASADO
Presentada en el festival de cine independiente de Sundance y aplaudida en el Festival de cine de Cannes, donde Matt Ross fue premiado en la sección Una cierta mirada como mejor director, cuenta un drama en el que brilla Viggo Mortensen que apela a reconciliarse con la naturaleza humana.
Ben Cash es un padre que cría a sus seis hijos, en los bosques del nordeste del Pacífico, aislado de la civilización construyendo un auténtico paraíso en plena naturaleza, en unión de su mujer, Leslie, alejado del resto de la sociedad, en el que somete a sus niños a una disciplina férrea y una educación rigurosa, en el aspecto artístico, físico que les enseña a sobrevivir en plena naturaleza poniendo a veces en riesgo sus vidas y en el intelectual, constituyendo una familia muy peculiar y poco convencional.
Ben les enseña a cazar, cultivar los alimentos, a hablar varios idiomas, a tocar la guitarra y otros instrumentos, discuten los temas de estudio, la política americana o filosofan sobre determinadas cuestiones, educando a sus hijos en los ideales del socialismo ya que considera a la sociedad occidental como fascista.
Su idílico y utópico mundo se enfrenta a la realidad cuando una tragedia, como es la muerte de la madre, a la familia la obliga a regresar a la civilización, al mundo exterior que ha tratado de evitar, donde el contacto con la sociedad moderna será un desafío para todos y pone en valor la idea de Ben de lo que significa ser un buen padre.
Sin embargo éste comete errores, peca de arrogancia e intransigencia sin darse cuenta del extremismo con el que lleva a cabo sus enseñanzas, a pesar de que lo que más odia es la intolerancia y puede que algún día los hijos paguen el precio de llevar esa vida.
La película habla de las contradicciones, la intolerancia, la falta de comunicación, la educación, la paternidad, la responsabilidad y en qué medida se puede separar a la familia de la sociedad y ser autosuficiente con tus propios medios, siendo además tan numerosos los integrantes de la misma.
El conflicto llega cuando ven que no están preparados para enfrentarse a la sociedad actual, al observar el contraste que hay entre los seis niños del capitán y los de su hermana cuando éstos acuden al funeral de la madre, a lo que se opone el suegro de Ben amenazándolo con llamar a la policía si se presenta.
Matt Ross, en su segundo largometraje, tras debutar con 28 Hotel Rooms (2012), como guionista introduce en esta historia algunas experiencias vividas cuando era joven ya que a su madre le gustaba vivir de esa forma, sin televisión, ni tecnologías modernas, así como las dudas de ser padre en esas circunstancias.
El film recuerda a 'La costa de los mosquitos' (1986) o 'Los robinsones de los mares del Sur' (1960), pero aquellas eran más blandas y ésta, en cambio, tiene ideas más subversivas al poner en solfa la religión, el capitalismo, la sociedad de consumo, etc.
Las ideologías que se muestran entre los distintos miembros de la familia, la libertad que el padre le da a los hijos no siempre nos parece lo más adecuado, ni resultan ejemplares las actitudes en ocasiones de éste que a veces comete actos delictivos como enseñarles a robar en un supermercado, que le ayuden a violar la tumba de la madre o exponerle lo que es el acto sexual a la más pequeña ante sus preguntas sobre el tema.
Es una cinta curiosa, que no es redonda pero tiene momentos que invitan a la reflexión sobre la sociedad.
La película da que pensar pero resulta poco creíble que un hombre sea tan culto como para enseñarles todas las materias a sus hijos y que niños tan pequeños resulten tan estudiados, hasta el punto de que el mayor reciba cartas de las más prestigiosas universidades americanas para su admisión al haber superado las pruebas (¿no exigen éstas ningún certificado de estudios?).
Por otra parte el final resulta acomodaticio o si lo prefieren no sabe como terminarlo y lo deja en el aire tras la muy discutible acción última que llevan a cabo.
Viggo Mortensen posiblemente sea el actor más adecuado para protagonizar este film en el que está muy bien secundado por el estupendo plantel infantil de actores que constituyen su original familia.
Bien realizada por Matt Ross con una buena fotografía.
Premio mejor director en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes. Premio del público y del Jurado en Deauville. Premio del público en Karlovy Vary. Premiada también en los festivales de Seattle, Puchon y Palm Springs.
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