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CRITICA
Por: PACO CASADO
La idea de las series en el cine es tan vieja como éste ya que casi desde su nacimiento existen aquellas películas que se pasaban en sucesivas jornadas, y eso es lo que está ocurriendo en los últimos tiempos con las franquicias que se hacen interminables y muchas de las veces sin la más mínima justificación o sentido, alargadas innecesariamente.
Ésta comenzó con 'Underworld' (2003), dirigida por Len Wiseman (marido de Kate Beckinsale en esos momentos) que debutaba en el largometraje y aún sigue, habiendo llegado al quinto capítulo, también realizado por un director debutante, en este caso una mujer tras la cámara, la realizadora alemana Anna Foerster que hace con éste su primer largometraje de ficción, tras dirigir varias series televisivas, ejercer de directora de fotografía y hacer efectos especiales.
La nueva entrega de esta franquicia no deja de ser un producto de serie B en lo argumental, pero no en el presupuesto ya que dispuso de 35 millones de dólares, que tiene la apariencia de un videojuego de lujo, que es de donde nació esta idea.
En esta quinta entrega, que a su vez es la secuela de la cuarta, se retoma la acción donde la dejó 'Underworld: el despertar' (2012), con la guerrera de la muerte, la vampira Selene, tras eludir los brutales ataques que recibió tanto de los licántropos como de la facción de los suyos que la traicionó.
Con la ayuda de sus únicos aliados, David y su padre Thomas, deberá poner fin a la eterna guerra entre hombres lobos y estos seres de la noche, aunque ello suponga que tenga que hacer el último sacrificio de su vida.
Los licántropos tienen un nuevo líder, Marius, que se propone buscar a Selene, mientras que Semira trata de encontrar a Eve, la hija de ésta, que es un híbrido de vampiro y licántropo, para extraerle su sangre que la hará más poderosa e invencible para ganar esta guerra.
El guion, por llamarle de alguna manera, tiene una narración sencilla, que se alarga en exceso para alcanzar la duración standard a base de traiciones, giros y numerosas peleas entre las dos facciones, pero lo hace de manera confusa, con algunos flash backs añadidos, con una realización que nada aporta, que se incrementa con un montaje tan crispado que no deja ver nada a lo que contribuye una fotografía nocturna poco o mal iluminada.
La verdad es que es indiferente que esta guerra sea entre chupasangres y hombres lobos, entre moros y cristianos, daría igual, o que fuera un capítulo de 'Juego de tronos', sería lo mismo, la cuestión es luchar ya que no importa que un personaje muera para a las pocas escenas reaparezca vivo nuevamente, nada tiene pies ni cabeza, pero no importa.
Ya no se respetan las normas del comportamiento de los vampiros, ya que unos tienen colmillos, otros no, algunos son quemados por el sol mientras que a la protagonista, por ejemplo, no le sucede lo mismo.
Estos son unos vampiros muy modernos que disparan pistolas, ametralladoras o igual luchan con espadas, la cuestión es pelear, mientras que para los hombres lobos ya no es necesario que haya luna llena para transformarse, ¡estos guionistas modernos!.
Llama la atención que dos actores con cierto nombre como Kate Bekinsale (ya divorciada de Len Wiseman) y Charles Dance se metan en esta clase de historias.
Está claro que mientras la franquicia siga dando buenos dividendos en la taquilla se seguirán estirando los relatos de esta pelea interminable. Len Wiseman ya trabaja en un nuevo capítulo.
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