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CRITICA
Por: PACO CASADO
Más allá de haber interpretado a Mr. Blue en 'Reservoir Dog' (1992), el ex-convicto Edward Bunker ostenta el título de uno de los autores más importantes de novelas criminales, siempre al lado del más duro realismo.
Ahora Paul Schrader lleva libremente a la pantalla uno de sus libros, la cínica novela 'Perro come perro', perteneciente al neo-noir, tras más de una década después de su muerte, para experimentar con el thriller basura, para contar la historia de tres exconvictos de los bajos fondos del Cleveland más oscuro de los años noventa, Troy, Diesel y Mad Dog, que son contratados por un jefe de la mafia para llevar a cabo un secuestro, una oferta difícil de rechazar ante la interesante suma ofrecida, aún sabiendo lo que se juegan.
Cuando las cosas les salen mal, y pierden la recompensa, el trío hará lo que sea para permanecer vivos y fuera de la prisión, ya que se convierten en los más buscados de la ciudad, tanto por la policía como por el capo mafioso que los contrató.
Los tres exconvictos tienen problemas para adaptarse a su nueva vida fuera de la cárcel y no hacen más que estupideces, reflejadas estupendamente, pasados de rosca y ese es el juego que nos propone esta película, que está muy lejos de ser redonda, que tiene algunos momentos que son auténticamente brutales y muy bestias.
Es como los films de Quentin Tarantino o de los pirados universitarios, pero aquí son asesinos en un coche, dispuestos a matar en un thriller muy violento.
Paul Schrader nos da la impresión de ser mejor guionista que director a juzgar por guiones tan interesantes que escribió al principio de su carrera como los de 'Taxi Driver' (1976), 'Fascinación' (1976) o 'Toro salvaje' (1980).
A la hora de hacer esta cinta se basó en el endeble guion que había escrito Matthew Wilder apoyándose libremente en la novela de Edward Bunker, y al no disponer de un gran presupuesto era consciente de estar ante una película menor, a pesar de tener unos buenos actores de cabecera como Nicolas Cage y Willem Dafoe, aunque en este caso tienen permiso para pasarse de vueltas en su respectivos personajes, especialmente el último en la primera secuencia del film con su mujer, pero también sabe ponerse serio en la confesión de arrepentimiento que tiene en el interior de un coche con uno de los compañeros delincuentes.
El guion es confuso y la realización en este caso es oscura y no está a la altura de los mejores logros del realizador que sin ser uno de los punteros de Hollywood generalmente solía hacer productos bastante aceptables, que no es este el caso, ya que posiblemente está últimamente en el momento más bajo de su carrera.
Como curiosidad hay que apuntar que Paul Schrader debuta aquí en un breve papel como actor en el personaje de el Greco que anteriormente otros habían rechazado.
Pasó por el Festival de cine de Cannes sin pena ni gloria.
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