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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es frecuente que un mismo director haya obtenido el Oscar por segunda vez a la mejor película de habla no inglesa, como lo ha hecho Asghar Farhadi con 'Nader y Simin, una separación' (2011) y de nuevo con 'El viajante' (2016).
No es sólo por estos premios, pero tal vez sea el director más importante y famoso de su país como lo demuestran sus anteriores títulos 'A propósito de Elly' (2009), 'Nader y Simin, una separación' (2011), 'El pasado' (2013) y por último 'El viajante' (2016).
Este interesante director vuelve a tratar la complejidad de las relaciones humanas en el entorno familiar con esta película, con la intriga característica de su cine que oscila entre un intenso drama y elementos de thriller en el que el cineasta iraní muestra una vez más su dominio del lenguaje cinematográfico.
Debido a una obra cercana y ante el peligro de derrumbe del edificio de Teherán en el que viven de alquiler, Emad y Rana, una pareja de clase media, cultos y educados, se ven abocados a irse.
Él es profesor de Literatura y ella ama de casa, pero ambos comparten una misma pasión: son miembros de un grupo amateur de teatro que están montando Muerte de un viajante de Arthur Miller.
Su vida cambia por cuando su viejo apartamento amenaza con derrumbarse debido a los desperfectos en la estructura, y se mudan a una casa que le ofrece un compañero de la compañía.
A raíz de un desafortunado incidente, relacionado con la inquilina anterior, una mujer de vida pública, que ha dejado sus cosas en una habitación cerrada que vendrá a recoger cuando encuentra nueva vivienda, revelará aspectos desconocidos de sus personalidades, y cambiará dramáticamente la vida de la pareja.
Este hecho marcará el inicio de los problemas en su relación que también sufre daños internos, como los de su anterior piso.
Es una reflexión acerca de la complejidad de las relaciones humanas en el seno de la familia, sobre la violencia y la dificultad de entender al otro.
Las grietas que se producen en su casa es una metáfora de las que se van a producir en la pareja a lo largo de la trama.
Hay un paralelismo entre Willy Loman, el protagonista de La muerte de un viajante y Emad, que no es tan liberal y tolerante como él mismo se cree.
Es una especie de cuento moral donde los personajes actúan según sus convicciones y siempre creyendo que lo que hacen de la mejor forma posible es lo mejor, al tiempo que es un retrato feroz de la sociedad iraní con varios aspectos de sus anteriores films.
Farhadi usa su saber para aportar situaciones dramáticas mediante recursos sencillos de una situación doméstica y para ello utiliza un drama íntimo y afectivo para plasmar los males que ponen en duda los pilares de la sociedad y las secuelas que quedan en la pareja cuando es violada la seguridad de su hogar.
La cinta se toma su tiempo para resolver el misterio y cuando lo hace es para abrir un abismo más profundo que el que existía.
'El viajante' (2016), título que hace referencia a la pieza de Arthur Miller Muerte de un viajante que ponen en escena, establece un interesante paralelismo entre los sucesos que acontecen en la vida de la pareja protagonista y la obra de teatro, que ambos representan como actores aficionados.
Así en este drama se combina la realidad social con el teatro y el realizador insiste en un tema que ya trató en sus películas anteriores, la desintegración de una pareja a partir de un hecho aislado y los cambios que se producen en sus dos componentes.
Es un film con apariencia de drama pero también tiene elementos de intriga, de suspense, en el que se trata de descubrir quién es el responsable del suceso.
Los inquilinos del piso en el que viven funcionan como una metáfora de las heridas que se abrirán en el matrimonio.
La cinta habla de los secretos, de la obsesión, de la venganza, de la humillación, del miedo, del perdón, de la culpa y de la ira en una sociedad tan especial como la iraní. En el fondo es sumamente humana e intenta comprender a todos sus personajes.
El guion tiene dos parte muy diferenciadas, una primera en la que se plantea el drama del presunto hundimiento de la vivienda, de paredes resquebrajadas como símbolo de la posible ruptura de la pareja y el asalto a Rana en la que aparentemente no pasa nada, con unos diálogos cotidianos, prolongando demasiado la situación y una segunda en la que Emad pretende encontrar al asaltante de su mujer que añade un poco de interés e intriga a la investigación y donde el espectador queda más enganchado, aunque la forma de hallar al culpable sea un tanto convencional, pero es también donde se muestra la actitud de cada uno de los miembros de la pareja, él en postura vengativa, mientras ella siente misericordia por el inculpado por el que solicita perdón.
Shahab Hosseini y Taraneh Alidoosti, actores habituales del cine de Farhadi, están bien y muy compenetrados con sus personajes.
Oscar a mejor película en lengua no inglesa. Mejor actor Shahab Hosseini y guion en el Festival de cine de Cannes. Hugo de plata en Chicago. Mejor film internacional en Munich y en los Satellite Awards. Premio del público en el Festival de Amsterdam. Premio de la juventud en la Seminci de Valladolid.
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