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CRITICA
Por: PACO CASADO
John Krasinski dirige esta comedia dramática indie que pone en pie una historia familiar, un drama con toques de comedia, en el que John Hollar, al que la vida le agobia y le aburre a partes iguales, se ve obligado a dejar un trabajo de dibujante de comic sin mucho futuro en Nueva York para volver a su ciudad natal del centro de los Estados Unidos cuando a Sally, su madre, se le diagnostica una grave enfermedad, para ayudar a la familia.
Su empleo, su rutina, su pareja Rebecca y el hijo que esperan no terminan de llenarle.
Sin Rebecca, su novia, a punto de dar a luz, a la que no le está permitido viajar, John se ve obligado a volver a navegar a solas en la loca vida que dejó atrás, cuando su disfuncional familia, su rival del instituto y su ex novia, vuelven a entrar en su devenir cotidiano, aunque sea de manera temporal.
Lo que John se encuentra al volver a la que fue su casa desde que nació, es a su madre a punto de ser operada, a Don, su padre, con ataques de ansiedad y Ron, un hermano mayor, con un desastre de vida que tras divorciarse ha dejado atrás a sus dos hijas, a las que añora, porque no puede estar con ellas debido a una denuncia de alejamiento.
Lo que John deja al partir es su vida en la ciudad de los rascacielos para reencontrarse con su entorno anterior, los recuerdos de juventud, su amor de instituto y pequeñas tramas secundarias que no hacen más que confundirlo aún más a la espera de la operación de su madre.
Una historia cargada de emoción y humanidad sobre los vínculos familiares y la amistad con la que cualquiera se puede sentir identificado, llena de situaciones dramáticas tratadas con un humor que gusta mucho al espectador americano, en la que de pasada toca temas de actualidad como la crisis económica que acarrea problemas a la pequeña empresa familiar, la vuelta al hogar del hijo divorciado y sin trabajo, el miedo al fracaso, el dolor, la enfermedad, entre otros.
La película resulta amable a tope, da igual lo que pase ya que siempre hay alguien ahí para apoyar a los protagonistas y ofrecerles una sonrisa e incluso para ponerse a cantar en un momento tan dramático como el de entrar en un quirófano para una difícil operación a vida o muerte, pero así son los Hollar.
El film es una especie de libro de autoayuda para afrontar los malos momentos de la vida, que se deja ver con agrado, a pesar de que en muchos momentos sea bastante previsible.
No se trata de dónde estés sino a donde quieres llegar, sonríe que la vida vuela, son algunas de las frases que podrían ser el resumen de esta cinta, segunda que realiza el actor y director John Krasinski, marido de Emily Blunt, que lleva la historia con el pulso necesario que requiere su trama, resultando una comedia divertida y simpática que nos muestra lo que puede ocurrir en algunas familias, ya que en realidad no nos cuenta nada nuevo que no conozcamos, pero gracias al buen trabajo de todo el reparto en el que destaca la veteranía de dos actores como Margo Martindale y Richard Jenkins, hace que gane al espectador al que le toca la fibra sensible y simpatice con todos sus miembros.
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