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CRITICA
Por: PACO CASADO
Se siguen produciendo cada día más los debutantes en el cine español y una vez más es un actor el que se pasa detrás la cámara para debutar en la dirección tras haber hecho tres cortos y una serie de televisión.
Se trata del catalán Andreu Castro que lo hace con 'Pasaje al amanecer' (2016) con una historia escrita por él mismo de la que también ha confeccionado el guion.
La acción se sitúa en el 24 de diciembre de 2004. Javier es un joven fotoperiodista que aprovecha la comida de Navidad para comunicar a su familia y a su novia que ha recibido una sugerente oferta de la agencia de prensa en la que trabaja, para viajar a Faluya, donde se está librando la más sangrienta batalla del conflicto, donde está centro de la noticia y cubrir la guerra de Irak, a donde se marchará el 30 de diciembre.
Desea obtener la aprobación de todos y aprovechar ese emotivo momento para despedirse.
Esta noticia enfrenta al grupo, cambiará drásticamente las relaciones entre los familiares y tendrá sus consecuencias, al resquebrajar los cimientos de todos sus miembros, a los que causará un trauma, tras lo cual saldrán a relucir así los temores, las enfermedades, los viejos secretos, los asuntos sin resolver, las infidelidades, los recuerdos personales e incluso la crítica a los políticos del trío de las Azores que originaron la guerra basada en una gran mentira.
Los trascendentes diálogos son defendidos por los buenos actores del reparto, en los que nadie desentona, entre los que las mujeres se llevan la palma, con la vuelta al cine tras once años de ausencia de Lola Herrera en el comprensivo papel de la abuela, de Elvira Mínguez en la acongojada madre o Ruth Díaz la hija que tiene problemas en su matrimonio.
El guion de este drama psicológico que destila realidad, que se inspira en una experiencia personal del director y guionista, posee un esquema dramático básico, en el que se van originando las conversaciones de los personajes, generalmente de dos en dos, en distintos lugares de la casa, lo que sucede como si fueran entradas y salidas de escenas de una obra teatral, que podría representarse en un escenario, ya que sería fácil de adaptar.
Toda familia tiene un círculo donde se desarrolla la vida de los que la forman y esta película se desarrolla en es círculo familiar donde contrasta el calor del interior contra el frío exterior reflejado en los cristales, donde las miradas se pierden, mientras surgen la verdad y la mentira.
Se inicia y se desarrolla todo en una jornada, ese 24 de diciembre de 2004, un día muy especial para la madre que gusta de sentar a toda su familia a la mesa, ocasión que Javi aprovecha para dar la noticia y en ese momento todos intentan ocultar sus propios miedos, siendo previsible la reacción de cada uno de los miembros ante este hecho, ya que se quieren, pero la verdad está allí y Javi quiere contarla porque como dice uno de los personajes, las guerras no siempre están donde caen la bombas y no siempre es más valiente el que va a la guerra, sino el que se queda.
Un drama bien escrito rodado con sensibilidad que ofrece una reflexión sobre las decisiones personales, que plantea al espectador qué postura tomaría de verse en ese dilema.
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