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CRITICA
Por: PACO CASADO
Aunque parece que el género del cine de terror va decayendo, ya que no es tan rentable como años atrás, sin embargo se siguen produciendo nuevas películas que no hacen más que utilizar viejas fórmulas, porque no hay ningún guionista o director que renueve el género, que se le ocurra algo diferente.
Últimamente se suelen apoyar en horribles sucesos reales que han acontecido, como es el caso de la que comentamos cuyo guion está basado en el relato corto 'The bridge to body island', de Robert Damon Schneck, autor e historiador de ocultismo, que se inspiró en unos hechos ocurridos en Sun Prairie, en Visconsin, en 1990. Como se puede observar no tiene nada que ver con el título original, ni con el otorgado por la distribución en España.
La gente comete actos inimaginables y una y otra vez intentamos entender qué les lleva a realizar tales atrocidades. Pero la cuestión no es qué, sino quién.
Cuando tres estudiantes universitarios, Elliot, su novia Sasha y su amigo John, se mudan a una casa vieja a las afueras del campus para vivir juntos y ahorrar gastos, comienzan a suceder hechos extraños.
La casa tiene un siniestro sótano donde uno de ellos encuentra un texto grabado en el fondo del cajón de un pequeño mueble, The Bye Bye Man, por el que se libera sin querer un ente sobrenatural con sólo pronunciar o pensar su nombre, por lo que recomienda repetidamente "no lo pienses, no lo diga".
Intentarán mantener su existencia en secreto para alejar al resto de amigos, familiares o conocidos de una muerte segura, pero serán incapaces de discernir qué es realidad, alucinación o fruto de sus paranoias.
De esa manera los amigos tratan de salvar a los demás mientras intentan mantener en secreto la identidad del peligroso ser.
El guion, basándose en el mencionado relato, lo lleva a cabo Jonathan Penner, que por demás es el marido de la directora, Stacy Title, a quien se le debe la comedia 'La última cena' (1995) y 'El diablo viste de negro' (1999).
En esta historia se desata el horror potencial que vive en nuestro subconsciente en este film de terror, el cuarto de su filmografía y de nuevo sobre este género, que es una mezcla de los típicos de miedo de adolescentes que convocan a un espíritu o a un ente maligno sin pretenderlo pensando que es un juego y después no pueden dar marcha atrás.
En el comienzo, a manera de prólogo, hay un asesinato múltiple de un hombre que mata a varias personas de su familia poseído por un ente misterioso y de nuevo alguien vuelve a caer en la misma trampa.
Como decíamos al principio, tiene una floja puesta en escena, que intenta crear una atmósfera intrigante pero resulta aburrida y rutinaria, llena de tópicos y no aporta nada nuevo al género, con un terror muy de serie B, penoso y truculento que hemos visto miles de veces, hecho con un escaso presupuesto ya que como es sabido no se necesita mucho para asustar a espectadores jóvenes que parecen divertirse con lo que ven más que pasar miedo.
Llama la atención la reaparición tras más de docena y media de años de una avejentada Faye Dunaway, cuya última actuación anterior fue en 'La otra cara del crimen' (2000), de James Gray.
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