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CRITICA
Por: PACO CASADO
A veces los guionistas desean realizar sus propias obras porque creen que ellos mejor que nadie pueden expresarlas en imágenes, y no siempre aciertan. Hay casos de excelentes guionistas y malos directores.
Steven Zailliam demostró con 'La lista de Schindler' (1993) que era un excelente escritor, capaz de manejar un material tan extenso.
Con 'En busca de Bobby Fischer' (1993) hizo el guion y también la realización y a decir verdad le salió una bonita película.
Ahora de nuevo se mete a dirigir un guión propio.
Se trata de adaptar la novela de Jonathan Harr que narra un caso real ocurrido en 1972 en el que dos empresas contaminaron las aguas de un río con sus productos químicos, produciendo leucemia a varios niños y ocasionando la muerte a ocho de ellos.
Las familias decidieron, a instancias un abogado, poner una demanda judicial.
El abogado en cuestión y sus compañeros de bufete llegaron a gastar más de dos millones y medio de dólares en la defensa, lo que les ocasionó la ruina, pero ganaron el juicio.
Si en algo se distingue este film de los habituales de este género es que la mayor parte se desarrolla fuera de la sala, en la investigación, y por otro lado no se acoge a las características de este tipo de cintas, de grandes parrafadas judiciales y sorprendentes respuestas para ganar.
Es interesante el guion, en el que destacan los dos tipos de abogados que se enfrentan con muy distintas posturas.
El que encarna John Travolta empeñado en hacer justicia, aunque en ello le vaya su fortuna, y el veterano zorro, perro viejo, que hace Robert Duvall, que se las sabe todas y adivina por donde va a ir la causa.
Su trabajo fue reconocido por la Academia de Hollywood con una nominación al Oscar, así como la fotografía de Conrad L. Hall. Robert Duval fue también nominado al Globo de oro.
Una dirección correcta de Steven Zailliam, pero algo fría, que de haber sido más brillante hubiera logrado una excelente película.
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