|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El hasta ahora director de documentales británico Brian Skeet ha elegido el género de la comedia para hacer su primer largometraje con la sana intención de emular a los grandes clásicos, como deja entrever en los afiches de las películas que se ven a lo largo de la proyección, de títulos como Mujeres, de George Cukor y Al servicio de las damas, de Gregory La Cava. Para ello ha elegido la novela La sobrina de Rameau, de Catherine Schine, en la que una escritora que ha obtenido un primer éxito con un best-seller, está escribiendo un segundo basándose en las traducciones del diario de un autor francés desconocido del siglo XVII que es como una especie de remedo de Las amistades peligrosas. Su traslado a París para la investigación sobre el terreno y las consecuencias que obtiene de su trabajo, ponen en tela de juicio su matrimonio, tras esos peligrosos siete años que apuntaba en uno de sus films Billy Wilder.
¿Cual es el problema que se deriva de este film?. El autor ha querido actualizar el género, metiéndole personajes gays o lesbianas, unido a la visualización de lo que escribe la autora para hacerlo más atrevido, lo llena de un parloteo insustancial con diálogos fútiles y banales, mientras que pretende que el contraste entre la modernidad de Nueva York y la antigüedad del París del siglo XVIII resulte cómico, pero no funciona, porque la realización no le da agilidad necesaria lo que hace que el resultado sea bastante apagado, irregular y mortecino.
El guión es muy mediocre, aunque apunta algunas cosas acerca del mundillo literario y artístico de Nueva York, las relaciones humanas, la infidelidad matrimonial y el desgaste del amor, pero se podía haber hecho algo mejor.
En la interpretación resalta el estimulante regreso de Brooke Shields, el esfuerzo de Parker Posey por sacar adelante su personaje, la resplandeciente Elizabeth McGovern y poco más.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
INFORMACIÓN EXTENDIDA
TRÁILER'S
BSO
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS