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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción tiene lugar en primavera en Yorkshire, al Oeste de Inglaterra. El joven granjero Johnny Saxby, un chico huraño y rudo, algo complicado, descontento de su vida, con un carácter airado, que vive en la granja con su padre impedido y su abuela, insensibiliza sus frustraciones diarias y olvida sus problemas con el alcohol y el sexo casual en relaciones esporádicas.
El chico va dando tumbos por la vida, no se reconoce en nada, hasta que un día su vida dará un giro que cambiará en más de un sentido con la llegada a su granja de Gheorghe, un atractivo trabajador inmigrante rumano, para hacer de pastor durante la temporada de los partos de las ovejas y la cría de las mismas que enciende una relación de miradas que le coloca en un nuevo camino que le va llevando a algo desconocido para él, como el afecto y el amor, que le hará tener una existencia mejor y más positiva.
Esta película nos ofrece una historia de amor como si fuera entre heteros, que da un paso adelante y ya no es necesario desarticular bastiones de masculinidad intocables, ni recurrir al dramatismo trágico, pero sí lo es hablar de relaciones de amor en terrenos difíciles.
En la granja del gris y enlodado Yorkshire el trabajo tiene una parte importante en el protagonismo de la historia en el que vemos cómo se da de comer al ganado, se ayuda en los partos, se ordeñan las vacas o las ovejas, se limpia el establo de estiércol o se hace el queso.
Todo ello es fruto de la propia experiencia personal del director, que nació y se crió en una granja, como si fuera parte de un documental fragmentado e introducido a lo largo de la historia.
Tiene un guion muy elaborado y puntilloso en los detalles que facilita la labor de los actores en sus difíciles cometidos.
No sólo aborda el amor entre ellos sino también la relación del hijo con el padre y con la abuela, el problema de la inmigración, del racismo, de la xenofobia.
No utiliza la música más que al final, solamente los sonidos naturales y cotidianos que están muy cuidados.
El título hace referencia a cómo los nativos llaman a ese lugar y tiene un doble significado, ya que el cielo puede estar donde cada uno quiera.
Es una variante del film homosexual en un entorno salvaje y hostil.
Opera prima del inglés Francis Lee, actor eminentemente televisivo, con la única formación profesional de haber dirigido dos cortos, sin pasar por ninguna escuela de cine, que se atreve con el largo con una puesta en escena clásica que tiende al drama duro, triste y de cielos grises.
Una historia de amor prohibido y aceptación que entre encuentros sexuales camina hacia la redención con un previsible final feliz.
Los sonidos de la naturaleza acompañan el estado de ánimo del protagonista, del otro el deseo de libertad, fidelidad y honestidad y de ambos la necesidad se amar y ser amado.
No pretende ser una cinta sobre la homosexualidad sino sobre la dificultad de enamorarse y de camino echar una mirada a la inmigración.
Una película muy personal pero no autobiográfica ya que el director vivió también en una granja y conoce bien el trabajo a realizar que debió ser duro para los dos actores protagonistas Josh O'Connor y Alec Secareanu, ejercer esas labores con bastante verismo como ayudar a los partos de las ovejas, bien arropados por dos veteranos como, Ian Hart y Gemma Jones.
Premio Männer del jurado al mejor film en el Festival de Berlín. Hitchcock de oro a la mejor cinta en el Festival Dinard British. Premio Michael Powell a la mejor película en el Festival de Edimburgo. Premio del público en el Festival Fünf Seen. Premio a mejor factura en los Festivales de Honolulu y Toronto. Premio al mejor film dramático en Sundance. Premio especial del jurado en el Festival de Transilvania.
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