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CRITICA
Por: PACO CASADO
Por lo general cuando se hace un remake de una película, conocida o no, se aprovecha la oportunidad para cambiar algunas cosas, para que sea un poco distinta a la original y de camino si es posible modernizarla, pero en la mayoría de los casos no se suele mejorar el original.
Así ocurre con esta nueva versión de 'El justiciero de la ciudad' (1974), dirigida por Michael Winner, que interpretaba Charles Bronson, Hope Lange y Vincent Gardenia, cuyo guion era la adaptación de la primera novela de Brian Garfield protagonizada por Paul Benjamin, allí cambiado a Paul Kersey, que al parecer no ha caído bien en EE.UU. debido a la polémica actual de la venta de armas y las malas consecuencias que éstas suelen traer.
El protagonista en este caso sigue siendo Paul Kersey, un modélico padre y marido, pero en lugar de ser un arquitecto es un famoso cirujano que vive felizmente con su familia en Chicago, en lugar de Nueva York, hasta que un día, su esposa Lucy (en el original Joanna) y su hija Jordan son brutalmente atacadas en su casa por unos desconocidos con la idea de robar, cuando la chica está a punto de irse a Nueva York a estudiar en la Universidad.
En la primera versión, la esposa es asesinada y la hija violada, aquí la hija es más joven, no está casada y vive, aunque queda en coma durante un tiempo hasta que se recupera.
Paul, un tipo tranquilo, siente cómo la sed de venganza se apodera de él y se obsesiona en atrapar a los criminales.
Como la policía está desbordada para poder detener a los criminales, y no tiene pistas fiables, decide tomarse la justicia por su mano e ir en busca de los agresores de su familia y de paso enfrentarse a los delincuentes y asesinos que se crucen en su camino para darles su merecido mientras busca a los responsables de lo ocurrido a los suyos.
En la primera versión Paul viaja a Tucson para hacer un proyecto y le regalan en agradecimiento un revolver que empleará en defensa propia y en hacer justicia, algo que la propia policía le agradece de tapadillo. Aquí toma el arma de un delincuente y la emplea en su venganza.
Entre tanto no duda en acudir a una terapia con una psiquiatra.
En su labor como juez, jurado y verdugo acabará convirtiéndose en una figura controvertida entre los medios y el resto de la sociedad.
A medida que las víctimas acaparan la atención de los medios, la ciudad se pregunta si este vengador es un ángel guardián o un simple justiciero.
En el original Vincent Gardenia era el yerno, aquí Vincent D'Onofrio es el hermano de Paul.
En esta nueva versión al ser cirujano obtiene algunas pistas a través de los delincuentes que llegan a su quirófano cuando acuden heridos, y necesitan ser operados, con algunas de las cosas robadas en su casa.
Sorprende que siendo el director Eli Roth, que ha dirigido films de terror como 'Cabin Fever' (2002) u 'Hostel' (2005) en este su sexto largometraje se pasa al thriller y no tiene mucha sangre en el deambular nocturno que hace Kersey buscando a los asaltantes de su vivienda.
Al suspense y la tensión el director añade el dilema moral al que se enfrenta este hombre dedicado a salvar vidas y ahora se dedica a segarlas, en un viaje sin retorno.
Esta vez actualiza la trama y lo convierte en un héroe vistiendo una sudadera, que aprende a manejar las armas por unas páginas de YouTube y es objeto de encendidos debates de tertulianos televisivos y radiofónicos sobre si es alguien llamado a cambiar el estado de cosas o es únicamente un psicópata más.
Como decíamos esta vez está actualizada la trama ya que entran en juego internet y los móviles que en su momento no existían de los que se obtiene información y se alarga un poco su duración con respecto a la original.
El mensaje no es tan reaccionario como en la original, con un correcto Bruce Willis muy en su papel.
Es cuestionable pero no se le puede negar su capacidad para entretener y más que un remake se nos antoja que es una nueva versión de la que se toma el espíritu de la original, pero modernizada.
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