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CRITICA
Por: PACO CASADO
Charlye Thompson es un chico de 15 años que de pequeño fue abandonado por su madre y vivía con su padre, de vida caótica, pero se queda solo tras la muerte de éste. Antes de que esto sucediera había conseguido un empleo de verano como ayudante de cuidador de caballos que le dio Del, y siente predilección por uno de carreras e intenta ayudarle a sobrevivir, ya que el dueño es uno de esos tipos que se deshacen de ellos inmisericordiamente cuando dejan de rendir y vuelca su necesidad de afecto en él.
Cuando Lean on Pete, que ese es el nombre del animal, va a ser vendido para ser sacrificado en México, no duda en llevárselo y así evitarle ir al matadero.
Acompañado por su mejor amigo, el caballo de carreras que termina robando, Charley emprende con él un incierto y peligroso viaje por los desiertos de Oregón en busca de un nuevo hogar, el de su tía Margy, de la cual no tiene noticias desde hace muchos años y así, durante el duro camino, descubrirá su lugar en el mundo y el sentido de la vida.
La película cuenta esta historia profundamente conmovedora que explora temas sobre el amor, la soledad, el abandono, la familia, la amistad, que está contada a través del prisma único de la conexión entre el adolescente y ese caballo de carreras tan especial para él.
En los momentos en los que estamos perdidos es cuando más necesitamos una esperanza de que haya un final feliz, una mano amiga que nos ayude y un lugar seguro para vivir y eso es lo que busca Charley y su caballo.
Parece el típico film de Disney sobre la amistad de un niño y un caballo, pero no tiene nada que ver, el animal es únicamente una parte importante de la historia, porque en realidad lo que muestra es la constante evolución de este joven al que surgen muchos problemas, con momentos bastante duros para su edad, pero el chico es responsable, aunque tiene mala suerte en la vida.
La cinta nos sitúa en unos ambientes marginales donde malviven los que han sido abandonados por la suerte, sin embargo no juzga en ningún momento a estas personas sino que trata de comprenderlas al ver lo difícil que son sus vidas.
Tampoco juzga el trato a los caballos y animales en las competiciones deportivas y el modo en que sus dueños se deshacen de ellos, simplemente reflexiona sobre esas circunstancias.
El británico Andrew Haigh director de 'Weekend' (2011) y '45 años' (2015) dirige esta película que es su cuarto largometraje basado en la novela homónima del cantante country rock y escritor Willy Vlautin, que cuenta una historia sobre el amor, la soledad y la familia, adaptada por el propio director en un guion un tanto desigual en el que la segunda parte se hace un poco lenta repetitiva y algo monótona.
Aquí cambia los paisajes europeos por los americanos que se han convertido en la quintaescencia del cine de ese país pero con la perspectiva británica de la América profunda que es lo que nos propone en esta hermosa y conmovedora road movie de amistad y supervivencia.
Está protagonizada por un jovencísimo y espléndido Charlie Plumer al que vimos recientemente en Todo el dinero del mundo (2017), que se toma muy en serio su trabajo en el que a veces tan sólo tiene como respuesta la mirada del caballo, por el que se alzó con el premio como mejor actor emergente en la Mostra de cine de Venecia de 2017.
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