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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es la historia de Miguel, un joven campesino andaluz que abandona el campo para escapar de la pobreza y llega a la ciudad de Barcelona dispuesto a trabajar, sin más equipaje que la dirección que le ha dado un amigo de su padre.
Conseguir un empleo no es nada fácil y tampoco la ciudad parece ofrecerle muchas posibilidades de poder escapar de la miseria.
Prueba fortuna en diversos oficios pero no logra tener ningún éxito, no obstante descubre que el único camino para resolver su situación económica es plantearse situarse ante un toro y cuando se apunta a una escuela de toreros, comienza así una posible carrera de triunfos, pero también la posibilidad de una muerte prematura.
Decidido a todo, intenta aprender a torear y se lanza al ruedo como espontáneo para tratar de perderle el miedo al toro.
Inesperadamente será el comienzo de una espectacular carrera en los ruedos.
Esta película es uno de los acercamientos más serios que se han hecho del mundo taurino, realizada en coproducción entre Italia y España, dirigida por Francesco Rosi que intenta exponer lo que es la fiesta de los toros y lo que cuesta ser torero a través de una historia en la que es fácil caer en el tópico, de la antigua lucha entre un hombre y un toro en la que siempre acecha la muerte.
'El momento de la verdad' (1965) es uno de los escasos análisis penetrante del fenómeno taurino hecho desde la pantalla y protagonizado por el diestro Miguel Mateo "Miguelín", llevado a cabo por Francesco Rosi, uno de los directores cinematográficos europeos más comprometidos.
En un momento en que la imagen del torero y su fiesta estaba muy condicionada por las necesidades arquetípicas de España, Francesco Rosi consiguió estrenar este film valorando este hecho festivo y popular en toda su complejidad.
El torero mientras trata de llegar no le da importancia a la muerte, pero cuando está en la cumbre el problema se hace más presente.
En 'El momento de la verdad' (1965) pueden verse, no sólo las estampas triunfales del torero, sino también las dificultades y las penurias de aquel que quiere alcanzar la gloria, gracias sobre todo a un guion en el que participaron Pedro Beltrán, Ricardo Muñoz Suay y Pere Portabella.
A lo largo de la trama se insiste en algunos aspectos humanos y psicológicos, ambientados en un clima social y costumbrista.
Nos gusta el Francesco Rosi reportero, el documentalista, el que dice la verdad, en cambio no nos interesa el que confunde el mal flamenco, el que cae en el tópico de lo espectacular, el de las cogidas seguidas, el de los pases montados por semejanza sin continuidad del mismo toro, ni el que confunde nuestra Semana Santa que la toma únicamente como motivo de localización.
Está llevada con seguridad con una realización notable en la que destaca sobre todo en la belleza de las imágenes recogidas en una buena fotografía en color.
Francesco Rosi ya dio muestras de su valentía con 'Salvatore Giuliano' (1962), y no duda en plantearse la cinta de la forma más cruda y real, sin vacilar en presentarla de manera descarnada, sacando los barrios bajos de Barcelona, con sus ambientes de prostitución, la sangre que brota a borbotones de las narices de un toro en su agonía y otros detalles morbosos y espectaculares que gustan en otras partes del mundo, a través de la estupenda fotografía de Gianni di Venanzo y un buen empaste entre el documental y lo filmado en estudio, que muestra el ascenso y caída de un famoso torero, Miguelín, dentro y fuera del ruedo.
No hace falta decir que la película tuvo un tremendo éxito en su momento.
Francesco Rosi ganó el David de Donatello y el Golden Globets italiano al mejor director en ambos casos.
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