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CRITICA
Por: PACO CASADO
Soledad y Juan forman una pareja aparentemente estable, que viven en una caravana. Él trabaja en su taller mecánico.
Ella está ilusionada con tener una casa de verdad, casarse y tener hijos.
En la búsqueda de Soledad de una casa encuentra una oferta insospechada en un cartel que dice "Se regala esta casa" y se informa de la condiciones.
Los dueños son Isabel y Andrés, una pareja de ancianos, que quieren retirarse a descansar el resto de su vida en su apartamento de la playa.
Muchas parejas se presentan como candidatas, pero antes han de pasar una serie de pruebas que son eliminatorias.
Juan está muy ocupado en su trabajo y pide a su hermano Víctor, que es sacerdote, que se haga pasar por él.
Finalmente son ellos los elegidos pero han de demostrar que lo que han dicho en su curriculum amatorio de relaciones es verdad.
Esta pareja de nuevas directoras, compuesta por Raquel Gómez Troyano y Montse Bodas, tras hacer un par de cortos se han lanzado a realizar su primer largometraje a base de crowfunding y así poder contar esta entrañable historia con una cierta originalidad, por la que circulan el amor, el deseo, la avaricia, la ambición, la soledad y el perseguir un sueño aunque suponga perder algo por el camino.
Al final de la proyección las realizadoras hacen una declaración: "Para nosotras, 'El pomo azul' es una gran aventura, un reto que conlleva el atrevernos a pasar esa puerta y adentrarnos en este maravilloso sueño".
Con ello han querido expresar que nunca es tarde para empezar, que la soledad puede ser una gran aliada, que no siempre lo convencional es lo mejor, que hay que tomar las riendas de la vida con valor para atreverse a afrontar las consecuencias. Soledad es una mujer fuerte que finalmente se encuentra a sí misma y que no tiene miedo a arrostrar en solitario lo que de ello devenga.
A lo largo de esta sencilla historia hay algunos giros que hacen mantener el interés, como el suspense que se suscita con el sacerdote que hace pensar en la novela 'El pájaro espino', de la escritora australiana Colleen McCullogh, el uso del polígrafo para saber si dicen la verdad o el pomo azul de la puerta de una enigmática habitación que da título al film que no sabemos qué se encierra en ella hasta el inesperado y sorprendente final.
Las directoras y guionistas ponen todo su interés en la sencilla puesta en escena que la mayoría de las veces no pasa de parecer amateur, realizada con un escaso presupuesto, con una encantadora interpretación de Selica Torcal en el papel de Isabel, la dueña de la casa, o de Aurora González como Soledad, la protagonista.
Premio Mirada social en el festival de Cerdenya.
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