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CRITICA
Por: PACO CASADO
Asger Holm, un oficial de policía temporalmente relegado de sus funciones, tiene que trabajar como operador atendiendo el teléfono de emergencias del 112 en el turno de noche, cuando recibe la extraña llamada de Iben, una mujer asustada, que simula estar hablando con su hija pequeña y por sus palabras le da a entender que ha sido secuestrada por su marido y teme por su vida y la de sus dos hijos, Matilda de seis años, y Oliver, un bebé de pocos meses, y él le promete que hará todo lo posible para salvarlos a todos, y en esos momentos comienza la búsqueda en una carrera contra reloj en tiempo real.
A pesar de terminar su turno de trabajo, sin abandonar su puesto, pone en marcha el rescate luchando contra el tiempo.
Este simple argumento es la demostración de que con inteligencia, aunque no se tengan medios materiales, se puede hacer una buena película.
La mejor forma de definir lo que es este film diríamos que es una cinta imaginada, ya que tan sólo se cuenta con un único actor materialmente con presencia física en la pantalla, que es el que atiende el teléfono y se van escuchando las voces de otros compañeros policías, de la mujer, del marido y de la hija pequeña, mientras que Asger está prácticamente todo el tiempo sentado en la Central de emergencias como único escenario.
Sin embargo se sigue la trama con una gran atención e interés, como si se estuviera oyendo un serial por la radio.
Con tan sólo escuchar los diálogos y dando pistas de dónde están las víctimas el espectador puede perfectamente imaginarlas y situarlas en los lugares en donde se desarrolla la acción que oímos, pero que no vemos, únicamente al policía en primer plano, lo que hace que cada espectador se fabrique el film en su propia cabeza imaginando a los personajes de este thriller de suspense de una manera diferente.
Cintas que utilicen un único escenario se nos ocurren como ejemplos, '12 hombres sin piedad' (1957), en una habitación, aunque allí eran más personajes, o también se nos viene a la memoria 'Locke' (2013), en un coche o 'Buried (Enterrado)' (2010), en un ataúd, estos dos últimos se aproximan más a lo que es ésta, aunque seguro que hay más.
El estupendo guion del novato director sueco Gustav Möller para ésta su ópera prima, tiene una trama original, algo compleja, que nos parece excelente y en cuanto a la sobria realización y planificación de la historia sale airoso sacándole un notable partido, sin grandes alardes técnicos pero con un inteligente dominio del suspense, del ritmo, del montaje y de la puesta en escena como pocas veces hemos visto en el cine.
Y no digamos de la actuación de Jakob Cedergren, que logra una gran tensión que va creciendo conforme se desarrolla la trama con algún que otro sorprendente giro en los metros finales, atrapando en todo momento al espectador.
En paralelo se desarrolla el drama de Asger, que necesita asistencia psiquiátrica, que tiene que luchar contra sus propios demonios personales, ya que está pendiente de un juicio, motivo por el cual ha sido temporalmente apartado de la actuación en la calle y relegado al servicio telefónico, en el que está implicado también un compañero que tiene también un cierto suspense en saberse en qué consiste.
Premio del público en el Festival de Sundance y en el de Stony Brook. Premio del jurado joven y del público en Rotterdam. Mejor película en Baltic. Premio Camerimage a mejor opera prima. Premio Emeric Pressburger y OCIC en el Jameson CineFest. Premio del público en Festival de Montclair. Mención de honor en el Festival de Philadelphia. Mejor dirección en el Festival de Seattle. Premio del público y mejor actor Jakob Cedergren en el Festival de Tesalónica. Premios Blogos de oro y Miguel Delibes al guion en la Semana de cine de Valladolid. Premio especial del jurado en Washington. Premio de la crítica en Zurich.
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