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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el verano de 1919, en una calurosa pequeña población francesa, Jacques Morlac, un héroe de la Primera Guerra Mundial, que está encarcelado, le cuenta su historia al comandante Lantier que ejerce de juez, un aristócrata que duda de sus principios a causa de la guerra.
Delante de la puerta del cuartel, se encuentra el perro sediento del soldado ladrando día y noche esperando a su amo, que es el único prisionero que se encuentra allí.
Coincidiendo con el centenario de la finalización de dicho conflicto bélico, 'El collar rojo' (2017) cuenta la historia de este juez militar que tendrá que luchar contra sus propios principios al finalizar la contienda juzgando a este héroe acusado de un delito, no tan terrible como podríamos imaginar, sobre el que el propio acusado se niega a pedir perdón para una posible absolución, en lugar de tener que enfrentarse al paredón.
Es la nueva película de Jean Becker, director de títulos tan aclamados como 'La fortuna de vivir' (1999), 'Un crimen en el paraíso' (2001), 'Conversaciones con mi jardinero' (2007), o 'Dejad de quererme' (2008) que está basada en el best seller homónimo del académico Jean-Christophe Rufin que ha sido adaptado al cine por el propio autor de la novela y el director de la misma con una visión positiva.
Cine humanista con un claro mensaje antibelicista sobre una trama que habla de las consecuencias del conflicto bélico que comienza con un hombre que había sido condecorado por sus acciones valientes al matar a nueve enemigos durante la Primera Guerra Mundial que ha sido condenado por un acto de desagravio a la patria, cuando meses antes la había defendido a muerte.
El collar rojo del título no hace referencia a ninguno de perro sino a la banda roja que llevan las insignias al valor que se otorgan en Francia a los héroes de guerra.
El juez militar llega para juzgar el caso de las mala acción cometida que no sabremos hasta el final y que tiene que decidir sobre el grado de culpabilidad del preso al que tratará de convencerlo de que firme una declaración pidiendo perdón por el acto injurioso cometido.
Por medio de esta historia está la relación de Jacques Morlac con Valentine de la que un día se enamora tras servirle una carreta de heno para sus cabras.
Un film que habla sobre el ser humano y de las consecuencias que se sufren en una guerra y cómo cambia el carácter, la vida y el orgullo a todo el mundo.
Cinta antibelicista que cuenta la historia de este hombre que en un momento de ira, más por una razón personal que por la guerra, que está a punto de ser condenado por un hecho antipatriótico.
Se saca en conclusión cómo las guerras, en general, transforman a las personas para lo bueno o para lo malo.
El protagonista cambia cuando la guerra le hace descubrir la brutalidad del ser humano cuando éste pierde la razón.
Sufre dos tipos de condena una personal y otra por el delito cometido.
La base del guion está en la interrogación que lleva a cabo el juez con el acusando que van relatando lo que sucedió realmente que es ilustrado con constantes flash backs en torno al protagonista en donde también tiene su parte las relaciones con Valentine.
Una buena interpretación del trío protagonista y clásica realización de un consagrado director como Jean Becker, como no podía ser de otra manera.
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