|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta comedia coral nos cuenta la historia de un grupo de hombres de mediana edad, entrados en años y en kilos, que están insatisfechos con sus respectivas existencias, desencantados de la vida que, desconfiando de la incomprensión de quienes tienen cerca, deciden quitarse sus depresiones apuntándose para formar parte del grupo de componentes de un equipo de natación sincronizada masculina, algo que no es nada frecuente, ni muy habitual, además de que no son lo que se dice unos atletas.
Al descubrir que se va a celebrar un campeonato mundial en Noruega se lo toman mucho más en serio para poder participar en el mismo, lo que al principio parece una locura, pero se mentalizan para ello.
Están a las órdenes de una nadadora que también está fatal, que fuma encima del trampolín de la piscina leyéndoles poemas mientras entrenan, y que también tiene sus problemas como le ocurre a cada uno de ellos que están como auténticos cencerros.
Bertrand está parado y tiene una gran depresión; Marcus vende bañeras y tiene problemas en su empresa que está en quiebra; Laurent tiene dificultades con su madre ingresada en un sanatorio con la cabeza perdida; Thierry cuida de la piscina y parece estar en las nubes; Simón aún cree en su sueño de triunfar en la música separado de su mujer vive en una caravana; Delphine, la entrenadora, es adicta al alcohol; Amanda, la amiga es paralítica, y así podríamos seguir con los problemas de todos.
El guion, cuyo argumento está inspirado en la historia real de un club sueco de esta modalidad masculina, tiene el esquema clásico, más o menos como el de 'Full monty' (1997), pero en este caso el motivo no es que estén todos en el paro, sino que procuran intentar la superación personal.
El problema principal es que con estos mimbres hacer una cinta divertida no es fácil, ya que tiene muy poco de comedia, resulta más dramática que cómica, tiene pocos gags, ya que es un tipo de historia que ya hemos visto en otros terrenos mucho más divertidas y sobre todo el desenlace no hay quien se lo crea.
Pasó por el festival de cine de Cannes, fuera de concurso y ha tenido más de cuatro millones de espectadores en Francia, pero ya sabemos cómo son los espectadores de ese país con su cine.
La amistad, la unidad, la soledad de esos hombres de mediana edad, el espíritu de equipo y la ausencia de prejuicios, son los ingredientes de la receta que ofrece esta película sobre la melancolía y la depresión en la que se ven sumidos muchos hombres de la edad entre los 40 y 50 años.
La gracia consiste en que poco a poco van encontrando su lado femenino, dejándose llevar por la música, el ritmo, enfrentándose a sus miedos y rompiendo el cliché de que ese deporte es propio de las mujeres.
Gracias a su fuerza de voluntad, al compromiso, el esfuerzo y sobre todo a una entrenadora de lo más exigente, llegan a comportarse como unos auténticos campeones, abandonando la desidia y esos complejos que tenían, haciendo las cosas en las que creen aunque algunos las consideren ridículas, pensando lo que realmente piensa de cada persona, sin juzgarla y sin dejar que les hagan daño.
Básicamente sale de la depresión en la que se encuentra ese hombre contemporáneo del que habla y al que se refiere la historia.
Es un film honesto, realista sobre estos hombres frustrados, gente real con sus alegrías y sus tristezas.
Las mujeres representan algunos de los momentos más jocosos y las que llevan a este grupo de hombres a ponerse el bañador y hacer piruetas.
Es su primera cinta en solitario como director de Giles Lellouche y consigue una comedia más que divertida, emotiva.
Tres nominaciones al Globo de cristal. Nominada como mejor película a los premios Louis Delluc.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE