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CRITICA
Por: PACO CASADO
Dentro de la gran cantidad de películas francesas que nos llegan cada año, generalmente con los últimos éxitos en taquilla en el país, pero en esta ocasión se recupera un film de 2016, que posiblemente no fuera un gran éxito, pero que es una divertida comedia con un estilo que nos recuerda al sofisticado cine de Jacques Tati, el director de películas como 'Las vacaciones del señor Hulot' (1953) o 'Mi tío' (1958) por poner tan sólo un ejemplo.
Fiona es una joven que trabaja en la biblioteca de un pequeño pueblecito perdido en Canadá que un día recibe una carta de su anciana tía Martha, que desde hace décadas vive en París pidiéndole ayuda porque la quieren internar en una residencia para ancianos, debido a su incipiente demencia senil.
Martha fue en su juventud una bailarina canadiense que ahora vive en la ciudad de la luz.
Fiona tiene un gran deseo de conocer la capital de Francia, y, ni corta ni perezosa, se marcha allí para ayudar a su querida tía que, debido a sus 80 años, tiene la cabeza un poco perdida y ha desaparecido de su domicilio.
A su llega conoce a Dom, un pobre hombre sin hogar, que vive en una humilde tienda de campaña, que le ayuda a encontrar a su tía Martha, su equipaje, el pasaporte y el dinero que lo ha perdido tras caerse al Sena y con el que le pasarán mil y una peripecias hasta que por fin encontrará a su tía Martha.
El argumento de esta comedia fresca y divertida lo constituyen esas aventuras de esta cómica pareja formada por el dúo especialista en burlesque Abel & Gordon, que componen el director belga Dominique Abel y la directora nacida en Australia pero nacionalizada canadiense Fiona Gordon, que son los responsables de esta singular cinta, cuarta de su filmografía, que además son los autores del guion y sus dos principales protagonistas que llevan sus propios nombres, cuya comicidad se asemeja, como apuntábamos al principio, al cine cómico mudo de Buster Keaton, Harold Lloyd, Charles Chaplin o más cercano Jacques Tati en el que hay pocos diálogos y todo el humor es producido a base del slaptick que provoca la situaciones con más comicidad, como el tango que bailan juntos o el baile de los pies sentados en un banco, en un guion que conjunta bien las diferentes escenas que se producen a lo largo de la trama.
Una encantadora historia sobre la libertad, la muerte y el amor con disparatados enredos protagonizados por dos ingenuos personajes situados en los márgenes de la sociedad, en esta fábula con tonos de búsqueda e investigación que insufla optimismo dentro de la oscuridad y el cinismo de los tiempos que corren.
Es la demostración de que para hacer una interesante comedia no es necesario contar con grandes nombres de directores o actores famosos, posiblemente es suficiente con tener un gran sentido del humor, hacer una realización discreta que no complique la vida al espectador con planos rebuscados, sino simplemente apuntarse a la sencillez, que no pretenda otra cosas que entretener al espectador y hacerle pasar un buen rato riendo con las situaciones que ven en la pantalla.
Produce una cierta nostalgia contemplar a dos grandes actores en pequeños papeles como Emmanuelle Riva y Pierre Richard a los que deben notables títulos del mejor cine francés.
Premio Rare Pearl en el Festival de Denver. Mejor montaje en los Premios Magritte. Premio del público en el Festival Mill Valley.
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