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CRITICA
Por: PACO CASADO
Mientras está enfermo aburrido en casa en casa metido en la cama, un abuelo le lee un cuento a su nieto adolescente titulado 'La princesa prometida', un libro que se ha pasado de generación en generación dentro de los componentes de la familia.
El niño cree que no le gustará, porque prefiere los videojuegos y las historias de acción en lugar de relatos de amores, no obstante el abuelo no para de leer y la idea del niño va cambiando conforme escucha lo que su abuelo le cuenta que le transporta fuera del tiempo, a Florin, una tierra imaginaria con héroes, príncipes, gigantes, peleas a espadas y también besos.
La historia se centra en Buttercup, una ex campesina que fue elegida princesa por el príncipe Humperdinck de Florian, aunque no la ama porque ella aún llora la perdida hace cinco años de Westley, su verdadero amor, que le hacía entender a su manera que la amaba.
Y también habla sobre un granjero que se ha convertido en un pirata que se tropieza con numerosos enemigos, obstáculos y aliados en busca de poder reunirse con su verdadero amor.
Se trataba de hacer una película que nos contara un cuento de hadas fantástico, en el que un criado se enamora de su señora, convertida después en princesa, pero ante lo imposible huye y al cabo del tiempo vuelve para rescatarla de las manos de un príncipe al que no ama.
Para ello habrá de combatir a espada con un noble español, enfrentarse a un gigante, un mago, un pantano de fuego y mil peligros más.
Todas estas aventuras nos llegan a través de ese abuelo que lee un cuento a su nieto que está enfermo, que narra la historia de una princesa que ha sido secuestrada y la obligan a casarse con el malvado príncipe Humperdinck.
Sin embargo su amor de la infancia, ahora convertido en un pirata, vuelve para salvarla.
La idea que transmite el cuento es que el verdadero amor lo puede todo.
Es una historia fantástica apta tanto para niños como para los adultos, que retoma el estilo más puro de los cuentos tradicionales.
Está basada en una novela de su mismo guionista, William Goldman, publicada en 1973, que reconoció que recibió la idea de sus hijas pequeñas.
El guion les permite volver al presente, romper el relato, hacer alguna ironía o chiste y una crítica entre el mundo de los ordenadores, y la afición a la lectura que invita a dejar volar la desbordada fantasía a que nos lleva la imaginación de los escritores.
El film recuerda algunas cintas de género como las del Zorro, las de espadachines, o las de la Edad Media, pero los cortes evitan caer en la cursilería o en un excesivo romanticismo y da pie también a algunas licencias.
Rob Reiner, director de Cuenta conmigo (1986), es el encargado de llevar a buen puerto este fantástico cuento de hadas con un tono clásico, con adecuados actores, entre ellos a una joven y entonces desconocida Robin Wright y a Cary Elwes interpretando a un pirata al más puro estilo Errol Flynn.
También se pueden distinguir caras conocidas de la televisión como Billy Cristal, Fred Savage o Peter Falk, el famoso Colombo.
Por otra parte los seguidores de Dire Straits pueden disfrutar también de la banda sonora compuesta por Mark Knopfler cauta se encontraba en su mejor momento.
Fue nominada al Oscar la canción Storybook love, de Willy DeVille. Premio Saturno al mejor film de fantasía y al vestuario, por la Academia de Ciencia ficción. Premio Heartland a Rob Reiner como director. Premio Hugo a la mejor presentación dramática. Premio National Film Registry. Premio del público en el Festival de Toronto. Premio Artista Joven a Fred Savage.
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