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CRITICA
Por: PACO CASADO
Lenny Reinhard es un treintañero irresponsable, malcriado, que para cortar esta indeseable actitud es obligado por su padre, un respetado médico famoso, a cuidar de David Müller, un chico adolescente que es uno de sus pacientes que tiene una grave enfermedad cardíaca desde su nacimiento, y juntos emprenden una aventura llena de humor, de ternura, emoción u buenos sentimientos a medida que se van conociendo, naciendo así una extraordinaria relación de amistad entre ambos.
La historia está basada en la exitosa novela homónima que el periodista Lars Amend escribió, junto con Daniel Meyer, en la que se recogen unos hechos reales, sobre su propia historia, que se convirtió en un best seller en Alemania.
El cineasta alemán Marc Rothemund dirige la historia de este joven de vida despreocupada que se dedica a divertirse sin responsabilidades, cuyo padre, un notable cardiólogo, un día decide meterlo en vereda, cuando tras una noche de juerga y borrachera, introduce su coche en la piscina familiar, lo que colma su paciencia y lo obliga a ocuparse de cuidar de un chaval de 15 años con una afección cardíaca terminal, si desea recuperar su posición económica, con el que entabla una curiosa amistad.
Es ésta un tipo de historia muy recurrente en el cine, llevada a cabo con un tono amable y lleno de humanidad, sin quitarle la importancia que tiene la enfermedad, al tiempo que habla de madurar y de preocuparse por los demás.
Lenny es un chico que lo tiene todo al que no le falta de nada, todas las noches se va de discotecas, porque su padre gana mucho dinero y él se dedica a dilapidarlo constantemente, hasta que un día harto, le corta el grifo suspendiéndole las tarjetas de crédito y no tiene más remedio que acceder a su mandato y cumplir la misión que le ha encomendado.
Es una comedia dramática amable sobre dos personajes muy diferentes, tanto en actitud como en salud y en edad, que terminan haciéndose muy amigos.
El enfermo, David, aquejado del corazón, tiene que tomar diariamente un gran número de pastillas y siempre ha de ir con una bombona de oxígeno, pero a pesar de ello es un chico alegre, optimista, constantemente con una sonrisa en los labios y en cambio Lenny es un caprichoso, un sinvergüenza, al que le va la juerga siempre y por eso congenian, porque el adolescente lo que desea es divertirse para olvidarse de tantas horas de sufrimientos en el hospital, y en este sentido Lenny es el más apropiado para satisfacer sus deseos.
El médico le manda a decir a su niño enfermo que haga una lista de cosas que desea que él se encargará de que se hagan realidad.
Lenny llega a romper todas las reglas que sean necesarias para cumplir los deseos de su nuevo amigo.
Es una historia previsible, salpicada con una gran cantidad de canciones que suenan de fondo, pero se ve con sumo gusto.
En los créditos finales se pueden ver a los dos protagonistas reales, que poco se parecen a los de la película.
El director de la acreditada 'Sophie Scholl: Los últimos días' (2005), Marc Rothemund, hace en esta ocasión una cinta más plana, aunque correcta, que por su historia más parece la típica tv movie, con las andanzas de este hijo de papá que lo tiene todo, con un padre rico, que no ha dado nunca un palo al agua, pero que finalmente demuestra tener un buen corazón, todo lo contrario que su sufrido amigo, que le da algún que otro buen consejo que le ayuda a sentar la cabeza.
La pareja protagonista está encarnada por Elyas M'Barek, actor bávaro a quien vimos en 'La ola' (2008), y el casi novato Philip Noah Schwarz, que se acoplan bien a sus papeles.
Tres premios en el Festival de cine joven de Castellinaria. Mejor film en los festivales de Giffoni y de Gijón.
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