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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras pasar por el Festival de Sitges, la sección de cine joven de la Semana de cine de Valladolid donde fue nominada a la mejor película y también candidata a los premios Annie de cine independiente al mejor film, y una gran multitud de festivales más, llega a las pantallas españolas esta producción de anime japonés realizada en copoducción con el cine francés.
Es la historia, absurda y cruel, original pero trasnochada, de Angelino que es sólo un pobre diablo, uno de los miles que malviven en Dark Meat City, una mega-urbe de tráfico horrible, violenta y corrupta, cuajada de bandas intimidantes, policías corruptos y buscavidas sin escrúpulos, en un vecindario infestado de cucarachas y paredes llenas de abigarrados grafitis.
Trabaja como repartidor de pizzas con su moto pero un día tiene un accidente con la scooter, arrollado por un camión conducido por un misterioso desconocido, pero sin consecuencias, al quedarse mirando a una guapa chica que pasaba por su lado.
Este hecho está a punto de transformar su vida en una pesadilla ya que al despertar comienza a tener fuertes dolores de cabeza y extrañas alucinaciones de formas monstruosas merodeando por toda la ciudad o eso al menos es lo que cree ver.
Ello le hace pensar si ha perdido la razón o si es que la ciudad está siendo realmente invadida por extraterrestres de manera silenciosa, y además una serie de hombres vestidos de negro y los soldados del gobierno fuertemente armados, le persiguen a muerte.
Debido al accidente Angelino, empieza a dudar entre la realidad y las pesadillas, lo que le hará cambiar su vida por completo.
Junto a él viven esta aventura otros dos personajes, su amigo Vinz con su cabeza ardiendo y una especie de gatito humano Willy, que son muy diferentes entre si.
Son tres pringaos, inadaptados sociales, con los que es difícil identificarse, que buscan su propia identidad unidos por la amistad.
Los personajes de esta historia fueron creados en internet pasando luego a formar parte de un corto de siete minutos titulado 'Mutafukaz: Operation Blackhead' (2002), dirigido por Guillaume Renard, uno de los ilustradores actuales con más talento, y Yan Blary, que pasó por múltiples festivales obteniendo varios premios, incluido el del Festival de Sundance de cine independiente.
El dúo de directores compuesto por el creador del comic Guillaume Renard y el veterano realizador del anime Nishimi Shôjirô, que debuta en el largometraje, con una trama poco coherente, confusa y superficial, pero visualmente cuidada, parecen más interesados en escenificar repetidamente la violencia que en explorar el mundo de los personajes que no se nos explica el porqué de sus extraños físicos que contrastan con los de aspecto humano.
Hay que reconocer que el film producto de ello posee unos personajes surrealistas, un dibujo que resulta algo diferente, una animación con un montaje tan excesivamente rápido que le da una agilidad de imagen poco habitual.
En el argumento nunca se desprecia la ultraviolencia que se establece entre sus aguerridos personajes que no dudan en matar a sangre fría en los enfrentamientos entre las distintas bandas que pueblan la peligrosa ciudad, que nos recuerda a los títulos de Quentin Tarantino en ese sentido, con una mezcla de ciencia ficción y policiaco.
Está dirigida por Nishimi Shôjirô, que fue uno de los animadores de la famosa cinta 'Akira' (1988) que consiguió el premio a la mejor película de animación de la Academia japonesa por su anterior cinta en 2007 y Guillaume Renard autor del cómic ya citado anteriormente.
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