. |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
La historia de Juana de Arco se ha llevado bastantes veces al cine, recordando así a vuela pluma están La pasión de Juana de Arco (1928) de Carl Theodor Dreyer, Juana de Arco (1948) de Victor Fleming con Ingrid Bergman, Juana de Arco (1954), de Roberto Rossellini, con Ingrid Bergman de nuevo, Santa Juana (1957), de Otto Preminger, Juana de Arco (1999), de Luc Besson, Jeannette. La infancia de Juana de Arco (2017) de Bruno Dumont y su continuación Juana de Arco (Jeanne) (2019), de Bruno Dumont.
El Festival de cine europeo de Sevilla trae a su sección oficial a concurso esta segunda parte que el certamen titula Juana de Arco (2019), de Bruno Dumont, director que insiste al retomar de nuevo la vida de esta mujer, y aunque anteriormente lo había hecho de una forma un tanto burlona, ahora lo hace bastante más en serio, ya que comienza con una escena en medio del campo en donde Juana planea la batalla que iba a llevar a cabo contra los ingleses siguiendo las órdenes de las voces que recibía en su cabeza dictadas por Dios, tras lo cual fue considerada una hereje y como tal fue juzgada y condenada en el lujoso y espléndido escenario de la catedral de Amiens, cuando era tan sólo una niña, una adolescente de pocos años, en plena juventud y furiosa inocencia.
Se enfrentó a los poderes fácticos del estado y de la iglesia, con la que no tuvo el más mínimo inconveniente en mostrar su relación con Dios lo que le costó literalmente la vida, condenada a morir en la hoguera.
El guion tiene prácticamente esa dos largas partes claramente diferenciadas, con un pequeño preámbulo antes de entrar en acción y un breve epílogo con ella en la cárcel mientras espera la sentencia condenatoria.
Se basa para ello en la obra teatral 'Le mystère de la charité de Jeanne d'Arc', de Charles Péguy, sobre la conocida Doncella de Orleans, en la que como tal constantemente se abusa del diálogo que prolonga el extenso metraje de dos horas y cuarto, que resulta excesivo y algo cansino con tanta insistencia en el interrogatorio de la criatura, tratando de que desistiera de sus palabras, que vuelve a recalcar, una vez más, segura de su fe en la divinidad de la que no adjura en ningún momento.
Lise Leplat Prudhomme, actriz de diez años, que resulta demasiado pequeña para representar a la Juana real que tenía 18 cuando la quemaron, que ya había interpretado este mismo personaje en Jeannette. La infancia de Juana de Arco (2017), vuelve a hacerlo dos años después en esta nueva versión en la que está con una seriedad y aplomo en gran actriz, teniendo enfrente a viejos actores que incorporan a los jueces que la condenan, algunos de ellos con unas interpretaciones pasadas de rosca, grotescas, exageradas y ridículas, sin mucho ritmo ni sentido.
Bruno Dumont es ya un viejo conocido de los aficionados al cine españoles, ya que por nuestras pantallas han pasado Camille Claudel 1915 (2013), una versión reducida a película de la serie El pequeño Quinquin (2014) que como tal se presentó en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, La alta sociedad (2016), Jeannette. La infancia de Juana de Arco (2017) y ahora vuelve a incidir en la continuación de la misma historia con Jeanne (2019), en la que tampoco le faltan algunas canciones esta vez en tono más serio, compuestas por el cantante Christophe.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE