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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es la última entrega de la saga galáctica más famosa de la historia del cine en la que J.J. Abrams se pone otra vez tras la cámara, pues ya había dirigido antes el episodio Star Wars: El despertar de la fuerza (2015), como también hace su aparición de nuevo Carrie Fischer con unas escenas que fueron rodadas antes de morir hace tres años.
42 años después del estreno de la primera película, La guerra de las galaxias (1977) una vez más Abrams lleva a los espectadores a un viaje épico y galáctico con el que termina la tercera trilogía que pondrá fin a la saga más mítica de la galaxia donde nacerán otras leyendas que terminarán con la batalla final por la libertad que está a punto de llegar.
Un año después de la batalla de Crait, la Primera Orden ha diezmado las fuerza de la Resistencia y la general Leia envía a Finn y su mejor piloto, Poe Dameron en busca de aliados.
La Resistencia sobreviviente se enfrenta a la Primera Orden y Rey, Finn, Poe y el resto de los héroes encararán nuevos retos y una última batalla con la sabiduría de la generaciones anteriores.
La Resistencia está bajo mínimos, pero en su lucha sin descanso ha contado con aliados a lo largo y ancho de la galaxia para crear una red lo suficientemente poderosa para destruir la Primera Orden.
Este será el enfrentamiento final entre Rey y Kylo Ren.
El film, acogido con notable desigualdad por la crítica, aunque no ha ocurrido lo mismo con los espectadores que en el primer fin de semana han repleto las salas y consecuentemente el resultado en la taquilla a nivel mundial ha sido abultado.
La cinta está repleta de batallas interestelares y escenarios con estética de videojuegos, marcada por el renacimiento de un siniestro personaje que se creía que estaba muerto y olvidado.
De nuevo, la supervivencia del universo, amenazado por los Siths, queda en manos de los Jedi y del poder de la unión de la Resistencia en un guion en el que lo que predomina es la acción y el tono épico, con algunas pinceladas cómicas, pero que en ocasiones resulta confuso, embarullado y sobre todo si no se han visto los anteriores capítulos y se tiene bien aprendida la genealogía de cada uno de los personajes no hay quien se aclare.
Es de admirar la imaginación de los guionistas para continuar esta ya veterana saga tanto para resolver los problemas familiares entre los protagonistas, lo que se nos antoja como aventuras sueltas, con algunas incongruencias y caprichos narrativos, unidas sin más, para contentar al espectador finalmente haciéndole saber la verdadera identidad y procedencia de cada uno, como en la cantidad de aventuras paralelas que surgen a lo largo de la trama para llegar a conseguir el objetivo final propuesto por la Resistencia para vencer a los Siths.
Se echan de menos con cierta nostalgia algunos personajes que se hicieron míticos a lo largo de toda la saga como Yoda, Darth Vader, Hans Solo, etc.
Como suele ocurrir en las películas de ciencia ficción los guionistas tienen vía libre para inventarse los poderes de los personajes y hasta de resucitar a cualquiera de ellos si hace falta y en este sentido hay situaciones que son convencionales y otros momentos muy retorcidos y a veces hasta reiterativos.
No se le puede quitar mérito una vez más al derroche imaginativo en cuanto a los admirables escenarios y por supuesto a los excelentes efectos especiales una vez más marca de la casa.
En cuanto a los actores ya se tienen bien aprendidos sus respectivos personajes y no tienen más que repetir una vez más las acciones que llevan a cabo los mismos, siempre metidos en acción y con pocos momentos sentimentales.
Perdurará para siempre en el recuerdo de los espectadores la inolvidable banda sonora de John Williams, que luce una vez más.
El espectáculo está servido.
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