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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hay películas que en principio son interesantes y que terminan mal por culpa de un fallo de guion.
Así ocurre con este film cuyo título original se podría traducir por Los olvidados, que tal vez sugiera más que el español de Misteriosa obsesión (2004), aunque éste tampoco está mal.
La historia se desarrolla en Nueva York y de lo que se trata es de Telly Paretta, una madre que hace año y medio perdió a su hijo Sam, de ocho años, en un accidente aéreo y sigue obsesionada con su recuerdo, hasta casi volverse loca.
Debido a ello lleva varios meses visitando al Dr. Munce, un psiquiatra, que termina diciéndole que sufre de parannesia, que su hijo nunca ha existido y que es producto de su imaginación.
Todas sus imágenes han sido borradas de las fotos, videos y sus cosas desaparecidas, hasta que llena de temores encuentra a través de internet a Ash Correll, el padre de otro chico que está en las mismas circunstancias y ambos deciden investigar lo que está pasando, ya que su marido y vecinos parecen coaligados para corroborar la no existencia del chico desaparecido.
Joseph Ruben es un artesano del cine, que sabe muy bien hasta donde puede llegar, capaz de hacer algunas cintas de intriga como Durmiendo con su enemigo (1991), El buen hijo (1993) o Asalto al tren del dinero (1995), que lleva bien el relato, contando con interesantes diálogos, música de James Horner, ganador de dos Oscar, y buenos intérpretes, como la versátil Julian Moore que hace un estupendo papel de esta madre obsesionada, con gran realismo, en esta película que combina suspense psicológico con elementos sobrenaturales, lo que le supone un descenso a los infiernos, tras hacer varias comedias.
Pero el guionista, en el tercio final, se le ocurre una solución tan fantástica y peregrina que tira por tierra el resto del argumento, que no vamos a apuntar siquiera para no dar una pista y destrozar lo que de interesante pueda tener este discreto film.
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