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CRITICA
Por: PACO CASADO
Se inició esta serie con Harry el sucio (1971), continuó con Harry el fuerte (1973) que le abrieron el camino a esta tercera 'Harry el ejecutor' (1976) con su buena marcha comercial y la aceptación por parte del público del duro, frío e insensible personajes del policía Harry Callahan, que hace la justicia según su propio entender, pero con una gran eficacia en los resultados finales a la hora de cazar a los delincuentes.
Esto ha animado a los productores a hacerle vivir una nueva aventura, aunque más bien tendríamos que ponerlo en plural ya que son varias las intervenciones que lleva a cabo, aunque todas encaminadas a un mismo fin: vengar a su compañero muerto y rescatar al alcalde de la ciudad de San Francisco que ha sido secuestrado.
El propio paisaje de San Francisco da pie para la emoción con sus calles empinadas y su extensa gama de delincuentes, desde los grupos políticos a las sectas religiosas que se ven inmersas en el asunto.
De paso se hace un poco de propaganda a la labor policial y se da paso al feminismo con la inclusión en el cuerpo de homicidios de mujeres para llevar a cabo estas arriesgadas misiones.
La postura del protagonista, hierática, inmutable ante el peligro, con una particular visión de la justicia y particular manera de administrarla, le dan carácter y personalidad al ser incorporado por Clint Eastwood, que aquí no quiso empuñar también la batuta de la dirección y se la encargó a James Fargo, que hace su debut como director de un largometraje con este film, en el que se puso al servicio del actor, que es también el productor.
El personaje de Harry Callahan parece confeccionado a su medida.
Por lo visto esta figura creada por Harry Julian Fink y Rita M. Fink sigue teniendo fuerza, vigencia e interés para los espectadores.
Clint Eastwood, como propietario de la productora Malpaso lo sabe y sigue adelante con él también como protagonista.
Su Magnum 44 le da fuerza y personalidad frente a otros compañeros que usan armas de menor calibre.
En esta ocasión después de haber perdido a su amigo y a pesar de dejar clara su misoginia, le otorgan como compañero a una mujer, la inspectora Kate Moore con la que no está muy emocionado de tener que trabajar con ella pero a la que llega a estimar finalmente.
A lo largo del relato se suceden los casos, entre ellos el de una organización terrorista formada por veteranos de la guerra de Vietnam, llamada La fuerza de huelga revolucionaria del pueblo, que amenazan con destruir la ciudad, si no se les paga un rescate, que son resueltos con su consabida eficacia y manera de actuar.
Resulta espectacular la secuencia final en la vieja y abandonada prisión de Alcatraz.
Tyne Daly incorpora con eficacia a la citada mujer policía.
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